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Otro TP80 a la saca. Crónica y reflexiones

Güer is da limit?

Pues la verdad, ahora mismo ni lo sé ni me importa tres pimientos. Si lo que quieres leer es una crónica de lloros, sufrimientos, momentos límite, paroxismo trailrunner… pues te has equivocado. Vamos, que para pasarlas canutas y ver una luz al final del túnel no me apunto yo a una carrera ni harto vino.

Lo que quiero contar a continuación es el conjunto de experiencias que viví en la carrera. su ambiente, el material, cosas que quiero recordar, y, en resumen, vaciar mi mente y dejar escrito aquello que pueda narrar con palabras o imágenes. No sé si me ayudará en próximas carreras, le servirá a alguien o únicamente quedará para mi satisfacción personal, pero a lo hecho, pecho. 🙂

PD: sorry por el retraso, pero las cosas de palacio… van a troticochi 

Paso a paso

Además de las jornadas previas de entrenamiento (no es que me haya matado, pero apuntarse a una cosa de estas sin haber salido a correr es de #WITL total), el miércoles fui a ponerme en manos de mi «magreador de piernas» favorito (AKA Fisioteko), que me dejó listo para sentencia, sobre todo relajando las zonas que tenía un poco más «tiesas», aunque me llamó algo así como «piernas mojama»… 🙂

El jueves dejé medio preparado el material, con vistas a calibrar si todo estaba OK y no me faltaba nada, y tener un poco de tiempo para repasar la lista y no dejarme nada a última hora, como las pilas de recambio (ya contaba con acabar un poco tarde). Como vulgarmente se dice, «preparé el muñeco» y repasé el material necesario. Estuve charlando un rato con Jorge, que fue a coger el dorsal, y ya estábamos un poco con los cosquilleos estomacales «pre-carrera», a pesar de nuestro escaso carácter competitivo.

Preparando el equipo
Preparando el equipo

El viernes, últimos detalles, concretar los horarios para los traslados hasta Miraflores, e intentar dormir un poco para llegar lo más descansado posible a la salida. Como casi siempre, no cerré los ojos hasta cerca de las 12 de la noche, 3 horas antes de que sonara el despertador ¡glups!.

2:50 de la mañana, suena la primera de las dos alarmas, y en nada ya estoy preparando el desayuno y en la ducha. Lo bueno de haber quedado a recoger a Jorge es que ya tengo un motivo para no remolonear en la cama. Así que a las 3:30 ya estoy en la calle a coger el coche, la gente de farra por la Gran Vía me mira raro… ¿por qué será? 😉

Puntual como siempre, allí está Jorge, llegamos a Navacerrada sin problemas, aparcamos y al poco tiempo aparece mi tocayo, que nos llevará a Miraflores para la salida. Pienso en el madrugón que se ha pegado para venir a recogernos y animarnos un rato y me emociono de poder compartir estos momentos con personas tan majas y entrañables. Ya en Miraflores, aparcamos, y tras repasar las mochilas, una vuelta al coche a recoger las gafas de sol que se me habían caído y unas últimas palabras de despedida, procedemos a pasar el control de chip. Nos tienen un rato en una zona acordonada sin ningún cartel de la carrera, ni un arco de salida (vamos, una salida «low cost»). Así que de repente se oye un murmullo que va creciendo, y sin darnos cuenta casi dan la salida y allá que nos lanzamos. Toda la parafernalia es una cinta de balizamiento en el suelo sobre la que pasamos al trote. Son las 6:15 de la mañana y nos queda un buen trecho por delante. En el corral hemos saludado a varios amigos y conocidos, como Juanlu, Pacoyo, Albertopoulos, con los que no sé si coincidiré o no más adelante (pero no anticipemos los sucesos…). Aquí va un vídeo de Jorge de la zona de corral… beeeee!!!

El primer tramo de carrera, hasta el km 8 aproximadamente, es una pista que alterna subidas y bajadas con poca pendiente, por la que vamos trotando a ratos y andandocharlando otras veces, intentando reservar y no cegarnos en esta zona. Hace una temperatura ideal y vamos muy cómodos. A partir del km 8 la pista se empina y pronto enlaza con el camino que se dirige ya haciendo zetas hacia el collado de la Najarra. Hasta ese momento sólo llevo de «gasolina» en el cuerpo media barrita de cereales, así que me abro un gel para ir tomando algo, aunque no tenga ganas, que las pájaras están acechando en cualquier momento.

Una vez que acaba la subida, de repente te encuentras (km 13 aprox.) con unas vistas panorámicas espectaculares, con el valle del Lozoya a tu izquierda y la Pedriza y el embalse de Santillana a tu derecha, lo que aprovechamos para sacar la GoPro y hacer unas tomas. Aquí pongo los vídeos de Jorge de este tramo, vaya gustazo! 🙂


Al llegar a la Najarra (km 15) está Juanito esperando para hacernos unas fotos, como buena maruja del trailrunning nos cuenta el paquete de minutos que nos han metido nuestros precedentes, y sin más demora nos bajamos al trote hacia Morcuera, que tenemos el primer avituallamiento allí esperando. Un poco después, hacemos la primera parada técnica, como estamos bastante frescos paramos poco tiempo, sólo beber un par de vasos de CocaCola, rellenar bidones de agua y prepararnos para salir en dirección a Rascafría. Mi tocayo se retira a sus aposentos, que necesita dormir, así que con un abrazo de oso le damos las gracias por la compañía y los servicios prestados, es un crack!

Con Jorge en Morcuera, frescos como una lechuga del día
Con Jorge en Morcuera, frescos como una lechuga del día

Al comienzo de la bajada aprovechamos para hincarle el diente a los bocatas que nos hemos traído de casa mientras vamos andando, y un poco más adelante ya nos ponemos a correr tranquilamente, disfrutando del paisaje y de que todavía no pega demasiado el sol. Así que vamos bajando con los kilómetros cantando cada poco en el reloj cuando de repente tropiezo y salgo volando para adelante, Jorge intenta echarme el guante, pero me hago una arrastrada maja y me raspo el codo y las rodillas (aparte de mancharme todo el modelito blanco que llevaba). Pelillos a la mar, lavado con agua y al trote hasta el avituallamiento. El último tramo hasta Rascafría, donde se apeará Jorge, lo hacemos andando por el camino, aunque imagino que Jorge lo haría al trote tan ricamente, a él no le quedan 60k por delante… je je je

En fin, que llegamos al polideportivo (km 32), y vemos que este año el espacio se ha quedado reducido a una zona de pradera junto a la piscina, en la que entramos por un pasillo y nos hacen el control de material. Allí en una mesa nos piden el cortavientos, frontal, manta térmica… todo OK, pero lo curioso es que un pollo (no sé su nombre, sorry), al abrir la mochila dice que no lleva cortavientos ni impermeable, que con el día tan bueno que hace, con la camiseta que lleva le sobra y basta. ¿WTF? Pero lo mejor de todo es que tampoco vi que le dijeran «hasta aquí ha llegado tu carrera»… Luego pasa lo que pasa.

Tras beber un poco de coca-cola y comer algo de jamón y queso en el avituallamiento, me acerco al botiquín y una chica muy simpática me hace una cura en los rasponazos y me pone un srpay con una película antiséptica para ir tirando, con lo que ya estoy recauchutado para lo que viene después. Relleno bidones y me despido de Jorge, que se vuelve en el bus a Navacerrada, buen entreno que se ha marcado, y mejor compañía para mí. Antes de salir veo a Rafa «Caprus», que ha estado de escoba del GTP y se retira allí, buen tute se ha dado. También está Jose Luis Galán (AKA «chanclas»), que viene con sus huaraches y está haciendo el «mantenimiento de pies del km 32″…

Avitualllamiento de Rascafría, chiringuito playero total
Avitualllamiento de Rascafría, chiringuito playero total

Son ya más de las 11:30 de la mañana y salgo hacia el Reventón con el sol bien en lo alto y picando. Como ya es la tercera vez que hago este camino, sigo la estrategia de «sin prisa pero sin pausa», hay que coger buen ritmo y reservar para el cresterío, así que voy bebiendo bastante y a mitad de subida saco otro bocata y recargo energías. Antes de llegar al avituallamiento de repente aparece Jorge Gómez, mi brother de RdB, que había estado de voluntario en Rascafría y había subido a acompañar a Juanlu. En ese momento también está Buru, al que conocía por referencias de Celina, y con el que no había tratado en persona, así que aprovechamos desde ese punto para subir charlando hasta el avituallamiento del Reventón (km 41 de mi GPS). Cuando llegamos recargo de nuevo agua, ya hasta la bajada a la Granja no hay más puntos de agua y si pega el sol el cordal de Peñalara se puede hacer bastante largo.

Salgo sólo hacia el puerto, que está como a 1 km desde el avituallamiento, y cuando «corono» empieza a soplar bastante aire y aparecer nubes, cosa que por un lado agradeces, pero por otra parte empiezo a pensar que igual tenemos tormenta, fenómeno habitual en esta zona y fechas. Aunque tenía la sensación de que iba bastante retrasado respecto al pelotón general, puesto que no me he cruzado con mucha gente, ya en la subida empiezo a adelantar a algunos rezagados del GTP, que llevan como 25 km más en las piernas, aunque han salido 7 horas y pico antes.

Una vez fichado en el control del Reventón, empieza el cresteo hacia Peñalara, que se hace largo en condiciones normales de «desconocimiento», pero que como ya sabía de qué iba el asunto, me tomo con tranquilidad, trotando en las zonas de bajadas y manteniendo buen ritmo en las subidas. En este tramo mi balance es «positivo», o sea que adelanto bastante más gente de la que me adelanta, lo que siempre reconforta, todo ello con buenas sensaciones quitando algunos tirones en los tibiales anteriores.

20140703-TP80_laguna-Pajaros

En la zona de la laguna de los Pájaros no puedo por menos de parar a hacer unas fotos y disfrutar de la panorámica (además de que mis piernas lo agradecieron), el panorama con la gente subiendo a coger la cresta hacia Claveles es impresionante, y mentalmente voy haciendo el recorrido hasta la cima, intentando adivinar cómo van a responder las piernas en esa zona tan «rompepiernas» (valga la redundancia). Sorprendentemente cojo mi ritmo «sin prisas pero sin pausas» y pim-pam-pum estoy arriba sin ningún momento especialmente heroico, salvo el fresquito que voy sintiendo y que va incrementándose con la altura y la velocidad del viento. Ya con ganas de hacer el «check-in» en Peñalara, aprovecho la cresta de Claveles para adelantar a unos cuantos excursionistas que se van arrastrando casi a cuatro manos por las rocas, mientras que yo me siento bastante seguro (debe ser porque este año iba con zapas «seminuevas») y me ventilo el tramo sin parar a pensar.

Camino a Peñalara, antes de desfallecer la GoPro
Camino a Peñalara, antes de desfallecer la GoPro

Ya en la zona final de subida, saco la GoPro para inmortalizar el momento, y decide que me deja 5 segundos de batería y después se apaga… ¡vamos bien! En la cima, el gran Dani Casaus está repartiendo abrazos de oso a diestro y siniestro (¡gracias Dani!), y allí van indicando la dirección a tomar para los que van en el TP60 (hacia Cotos), y al resto, que nos queda un trecho más largo, la ruta hacia La Granja. Este año el recorrido de bajada, sobre todo en la primera parte se me hace mucho más cómodo que en años precedentes, aunque si tienes los pies un poco tocados, con tanta piedra verás las estrellas (aún de día). Al llegar la parte más empinada de la bajada, me junto con un grupo que van haciendo coñas sobre si les darán el premio a los últimos del GTP, así que montamos un trenecito y para abajo (en mi fuero interno pienso que si resbalo las posibilidades de caer en blandito sobre uno de los precedentes es mayor… je je). Sin parar hasta la zona de llaneo previo al chozo, donde se separa el grupo en función de las necesidades fisiológicas a atender cada uno.

Este año, al llegar a este punto tengo agua de sobra, se nota bastante que con las nubes la deshidratación es mucho menor, así que una vez que empieza el camino combinado de sendero/pista de bajada hacia la Granja voy saltando entre algunos grupos de corredores, con bastantes buenas sensaciones en las piernas aunque ya se nota el esfuerzo acumulado.

Llegando a la Granja. Foto de http://racephotos.es/
Llegando a la Granja. Foto de http://racephotos.es/

Una vez que se llega al muro que rodea La Granja, mi estómago me recuerda que un poco más adelante ponen pasta y coca cola, así que en grupo vamos entrando en el pueblo, siendo aclamados (inmerecidamente), por los vecinos que se han congregado a echar la tarde viendo «la tarde de los muertos vivientes» 🙂  Son las 17:15 más o menos, y aunque tengo que esperar unos minutos a que traigan refuerzos de la ensalada de pasta, una vez que aparece la fuente con el «manjar» me sirven un plato que devoro sin dejar ni un hilo de zanahoria (lo juro por Snoopy). Aprovecho para acicalarme un poco, vaciar las zapatillas de tierra y piedrecillas (recordad que estamos en un Parque Nacional 🙂 ), y recargar las reservas de agua, y enviar unos cuantos mensajes de «todo OK» a la familia, y sin mucha demora prosigo el camino, al principio con un poco de «andares Chiquitorl»), hasta que los músculos se vuelven a calentar.

La salida de la Granja no está demasiado bien balizada, aun así logro encontrar el camino y el pequeño desvío que han montado este año hasta enlazar con la ruta habitual de remontada del río Eresma. En una zona de bajada me pongo a trotar y adelanto a dos corredores, cosa que no debieron tomarse muy bien, porque un poco más adelante, ya en la subida por el margen derecho del río, me vuelven a adelantar… cosa que me trae al pairo, cada uno a su ritmo y ya veremos cómo llegamos a meta, je je je

Cojo un paso más o menos rápido, a eso de 10’/km, y lo mantengo hasta la llegada al control/avituallamiento de Casa de la Pesca, con un cielo que se está nublando por momentos, lo que tiene su lado bueno de que la temperatura es bastante agradable y no se pasa calor. En el control paro apenas dos o tres minutos, dado que casi no queda nada de comer, aunque sí que tienen geles. Sólo pienso en que queda el tramo de la subida a Fuenfría y su cuestorro infernal, así que me pongo en faena por lo que pueda venir.

Al llegar a la zona empinada me junto con un par de corredores que no conocían «in situ» el cuestorro, así que en base a mis recuerdos les voy animando y diciendo «ya falta poco!», y así, con un par de charlas cruzadas sobre el «#&%&% que puso esta cuesta veo a lo lejos ya el control de la Fuenfría. La verdad es que he sufrido menos de lo esperado, y en el último tramo doy un apretón y dejo a mis acompañantes atrás (no me lo creo ni yo) 😉 Control, un poco de agua fresquita en la fuente y sin parar a coger el camino de los Cospes, enlazar con el Schmidt y hacia el Puerto de Navacerrada. Como conozco el camino, voy bastante rápido ya que la noche se acerca y sopla un airecillo bastante «frejquete», y mientras el sol se oculta tras las montañas por el oeste, el cielo se pone de color naranja amoratado ¡una pasada!. Voy corriendo en las zonas de llano-bajada y adelanto a algún corredor despistado, las sensaciones en las piernas son buenas, a pesar del cansancio. Antes de llegar ya a la zona del telesilla, veo que hay un grupo de tres personas paradas en la cuneta del camino, y veo que uno de ellos ha tenido un tropiezo y tiene la nariz rota y un dedo «tocado», (luego me entero de que era Halfon, ya decía yo que me sonaba la cara) (aquí cuenta su carrera). Después de preguntar me comentan que ya han avisado a la asistencia, así que marcho con otro corredor que se había parado a ayudar y cuando llegamos a la carretera justo acaba de aparecer la ambulancia que iba a asistirle.

Bajamos hacia el control del Puerto, y el avituallamiento se ha refugiado en el parking de la Venta Arias. Como ya se ha hecho de noche y hace una rasca que pela, aprovecho para sacar el cortavientos, el buff y el frontal, me abrigo, bebo un poco y salgo sin parar hacia el último tramo del camino. Nada más salir y cruzar la carretera empieza a llover y siento una bajada de temperatura brutal. Con un grupo que va subiendo hacia el Emburriadero me junto y en el tramo de subida se me quedan heladas las manos, menos mal que con los guantes de los bastones por lo menos no tengo que hacer fuerza para agarrarlos.

Hacemos grupeto, ya que hay algunos que no conocen demasiado bien el camino, y no está la noche para perderse, así que en pelotón llegamos hasta el collado del Emburriadero y sin parar empiezo la bajada, y se me junta un corredor que me comenta que no lleva gafas y con su frontal no ve demasiado bien, así que me pregunta si puede ir por detrás, ¡vaya pregunta!, «¡pues hombre, claro!» le contesto. Como me encuentro muy bien de piernas intento ir rápido, también con idea de poder entrar en calor tras el paso por «la nevera», aunque con las gotas de lluvia las piedra están un poco deslizantes, pero ya no importa nada, sólo quiero llegar y descansar. Según vamos bajando amaina el temporal y vamos cogiendo grupos de corredores, algunos de los cuales dejan pasar, mientras que otros parece que les molesta que les adelantes, como si fueran a perder el podio, en fin…

Una vez que llegamos a la pista se «deshace» la alianza y empezamos a trotar para abajo, vaya diferencia con el año 2012, que en esta zona no tenía ninguna gana de dejar de andar, y eso que era el TP60. Con buenas sensaciones pongo el piloto automático y sólo paro un momento para el control situado en la valla de acceso a la Barranca, a partir de ahí me dedico a ir cazando gente que va andando, y descontando mentalmente los kilómetros que quedan hasta meta. El reloj sigue pitando los kilómetros y veo alguno por debajo de 6′, ¡releches!. Únicamente disminuyo el ritmo en una cuesta que hay antes de llegar a la rotonda de entrada a Navacerrada, y una vez cruzada la carretera, otra vez sigo trotando ya por el casco urbano. En ese momento me pasa un corredor con unos amigos que le están acompañando, y aunque tenía fuerzas para haberle dado cera, prefiero relajar para colocarme bien la ropa y el dorsal para la foto de meta 🙂

Al dar la última curva de repente me encuentro con el pelotón bandoleiro, Jorge y Juanito con su familia que han estado esperando mi llegada para darme una sorpresa, y como estaban siguiendo el SPOT me tenían localizado, ja ja, ¡vaya recibimiento!

Llegada a meta. Pantallazo del vídeo de Jorge
Llegada a meta. Pantallazo del vídeo de Jorge

Me paro a saludar, pero me dicen, ¡venga, venga, ya no pares! (o algo así), con lo que enfilo el pasillo y llego al arco de meta tras 17 horas, 35 minutos y 4 segundos según el tiempo oficial (yo, con la emoción, olvidé de parar el reloj hasta unos minutos después, ¡bien!). Unos abrazos para ellos y besos para ellas, me siento como en una nube, son las 12 de la noche y allí estamos (bastante cansados, es verdad) tras terminar lo que según mi GPS han sido 92k de carrera y más de 7000 metros de desnivel acumulado.

Foto oficial de RacePhotos
Foto oficial de RacePhotos

En la zona de meta también está Mapi y Juanlu, que ha llegado un buen rato antes,  y que me regala la siguiente foto 🙂

Llegada a meta. Foto de Mapi (thx guapetona!)
Llegada a meta. Foto de Mapi (thx guapetona!)

Después de las fotos de rigor, ya sólo quedaba recoger la medalla, la camiseta de finisher, y grabar la medalla con el tiempo oficial, cosa que hice mientras el cansancio empezaba a acumularse, así que me tomé una coca cola a ver si aguantaba la parte más dura del día, que iba a ser el regreso a casa en coche.

Medalla finisher
Medalla finisher

Llegar a casa y despegarme el cortavientos de la herida del codo fue… ¡auuuuu, argggg! El agua de la ducha corría como el chocolate, dejé el montón de ropa «alejos la cama», y a eso de las 2 de la mañana todo eran «ZZzzzzZZZZzzzz».

¡Fin!

Material y otras chorradicas

La verdad es que el material que usé es el mismo de siempre, creo que así lo más nuevo que llevé fueron las zapatillas (previamente curtidas en algunos entrenos), las Cascadia 8, con las que me sentí muy cómodo y noté mejor agarre en las bajadas que con la versión anterior. Al final el material ayuda, pero lo importante es el coco y las piernas, y sobre todo, disfrutar con lo que estás haciendo (aviso para navegantes, je je)

Comentar también que probé «de verdad» el SPOT, y aquí se ve el registro de datos que iba publicando, con algunas zonas sin datos, principalmente cuando atravesaba zonas arboladas (problema de recepción de la señal de GPS y satélites en general).

Seguimiento del SPOT en la carrera
Seguimiento del SPOT en la carrera

Datos de carrera

Aquí los datos del Garmin (310xt, ya un poco «viejuno»)

El perfil del track procesado por Perfils (estupenda aplicación)

Perfil TP80... de 92k
Perfil TP80… de 92k

Agradecimientos

Como siempre, dar las gracias a todos los que me habéis animado, y en especial al equipo bandoleiro, cuya compañía disfruto mucho y me sirven de motivación (unos más que otros, que todo hay que decirlo, ja ja ja), la recepción en Navacerrada a la llegada fue IMPAGABLE y la recordaré siempre :-*

Gracias también a la familia que me soporta y a todos los compañeros con los que he cruzado charlas, comentarios, consejos y entrenamientos, sois MUY GRANDES! (más besitos y abrazos… muack muack)

Bonus: como he tardado tanto en terminar el post, ya está el vídeo, je je je

 

Trail Peñalara 80K en vivo. Al lío!

Bueno, si estáis leyendo ésto comentar que a las 6:15 de la mañana estamos saliendo de Miraflores a hacer el Gran Trail de Peñalara en su versión «reducida» del Trail Peñalara 80K (aunque de momento son 86k por el mismo precio). En principio (salvo cambios de última hora), salimos Jorge (AKA @zerote) y yo mimmo, así que los datos del SPOT hasta nueva orden valen para los dos (mientras no haya divorcios por el camino, je je je).

Como no es cuestión de hacer los deberes a última hora, el miércoles fui a recoger el dorsal, con un bonito número que me tocó, hasta parece de «pro» 😉

Mi dorsal de este año
Mi dorsal de este año

Puedes seguir las actualizaciones que publiquemos en Twitter con el hagstag #TP80KBG y enviarnos ánimos, bocadillos de jamón o cheques al portador en el siguiente cuadro:


Iremos posteando fotos o comentarios «en vivo», así que dadle vidilla que seguro que lo pasamos bien.

Aquí he embebido aparece el seguimiento en vivo con mi SPOT, que si no lo puedes ver bien (está recortada la página) puedes abrir en el navegador el enlace que pongo -> AQUÍ. Por lo que he visto, en zonas con árboles le cuesta coger la señal, así que si hay huecos tampoco os preocupéis (demasiado). Está programado para enviar una señal cada 10 minutos

Si queréis

Y de bonus, el vídeo de la salida de la semana pasada, en la que realicé la primera parte del recorrido desde Miraflores a Morcuera, pasando por la Najarra. A ver si hoy repartimos las moscas entre todos… je je je

¡Que la fuerza acompañe a todos!

Muñeco-TP80_1

Gran Trail Peñalara 2013. Mi TP80 particular

Como el año pasado completé la versión de 60k «tranquilamente» del GTP, este año decidimos apuntarnos a la versión de 80k, más que nada por hacer la primera parte del recorrido, que no es común, e ir aumentando la distancia paulatinamente… ¡ilusos!

De los 5 bandoleiros al final quedamos 3 en la salida, ya que Katia fue baja involuntaria por accidente y Pepe… jem jem… (sin comentarios, je je). Este año además volvía de nuevo Rafa (también engañado para la de 80K), y otros compañeros de RdB y saraos varios, así que las 3 versiones de ultratrail estaban a tope de compañeros (110k, 80k y 60k). Mención aparte la versión «senderistas» que se introducía este año (carrera nocturna de 10K), a la cual se apuntaba «el resto» de corredores braviles y otros amigos de diferentes pelajes.

Equipo preparado
Equipo preparado

La carrera

La verdad es que casi 19 horas de carrera (18:54:43 para ser exactos) dan para mucho, así que intentaré resumirlo todo lo que pueda para que esto no acabe como «Guerra y Paz», por lo que empezaré contando que aparecimos por Navacerrada a eso de las 21 horas del viernes, gracias a los medios motorizados de Rafa, y aprovechamos el viaje para hacer la última carga de comida mediante unos bocatines de jamón que nos supieron a gloria (Rafa ya tuvo bastante con su odisea telefónica previa). En Navacerrada, aparcamos rápidamente, dejamos la bolsa para Rascafría en el polideportivo y nos dirigimos hacia la zona de salida, para buscar a los compañeros.

A pesar de que quedaba un buen rato para la carrera, el ambientazo era espectacular, una marea de gente iba y venía hablando con amigos/compañeros, otros se cambiaban, apaños de última hora, una locura de emoción contenida. Aprovechamos que estábamos al lado del «photocall» de la carrera para hacernos una foto de grupo y mandar un saludo a los compañeros que no han podido venir. Yo me encuentro bastante tranquilo con todo preparado, así que charlamos y vamos saludando a todos los que nos vamos encontrando, haciendo fotos y comentando el percal que se avecina. Para la entrada al corral, ya a media hora de la salida, nos juntamos con Celso, Gerardo, Andrés y otros conocidos que vienen también al GTP.

Photocall bandoleiro
Photocall bandoleiro

La salida se realiza puntual, todos al galope por las calles de Navacerrada en dirección a la Barranca, después de salir del pueblo, cuando la cuesta se empina un poco, bajamos el ritmo y empezamos a andar rápido, que queda mucho trecho por delante. Jorge va muy animado, y al tran tran llegamos al primer embudo del camino, una vez que cruzamos el embalse de la Barranca y empezamos a subir por un sendero en fila india. Aquí saco los bastones, que me acompañarán el resto de la carrera. Tras vadear varios arroyos, llegamos a la fuente de las Campanillas y empezamos la subida al collado del Piornal, que hace tres semanas hice con Juanito en condiciones cuasi-invernales. En este momento Jorge va por delante y Juan me sigue, aunque como vamos en fila india no podemos casi ni adelantar ni ser adelantados. Cojo buen ritmo con los bastones, y casi sin darme cuenta ya estamos en el collado, donde están haciendo fotos los chicos de Kataverno.

Bandoleiro al ataquerrr... Foto de Kataverno
Bandoleiro al ataquerrr… Foto de Kataverno

Lo primero que veo con extrañeza es que no corre ni una gota de aire, por lo que la temperatura es ideal para correr sin molestias, giramos hacia el sur y vemos la hilera de frontales que suben hacia Maliciosa, una pasada. En la siguiente imagen se ve mucho mejor lo que menciono.

Hilera de subida a Maliciosa. Foto de RECmountain
Hilera de subida a Maliciosa. Foto de RECmountain

Primer control, 2:01:09, no está mal. Miro a ver si veo a Jorge, y espero a Juan haciendo un cambio de aguas, que ya toca 😉

Al poco aparece mi tocayo, así que emprendemos la bajada tranquilamente, durante la subida había dicho «voy a cambiar las pilas del frontal, que no están nuevas que digamos», pero por no perder tiempo no lo hago… ¡Error! La bajada de Maliciosa es, sencillamente, «para haberse matao», y salgo vivo con un sólo resbalón que me deja un recuerdo en el brazo. Arañazo y pequeño moratón nada más. En la bajada vuelvo a dejar a Juan un poco por detrás, y llega un momento en el que me quedo sin referencias por delante, y luces a lo lejos por detrás, ya en la zona de llaneo hasta enlazar la siguiente bajada. Al poco vuelve la bajada hacia la pista, en la que me adelantan un par de parejas que van como motos (o eso me parece). Ya en la zona de las «zetas» me cruzo con algunos que van tocados (y no acabamos casi ni de empezar). El resto de la bajada hasta Canto Cochino la hago adosado a un grupo que va a troticochi, ya con ganas de llegar y el frontal en las últimas. 3:47:24 , pues sí que se ha hecho larga la bajada!

Cambio las pilas en el avituallamiento de Canto Cochino, vasito cocacola, recargar bidones de agua y comer algunos frutos secos. Mientras espero llega Juan, con cara de «no sé qué hacer», murmura algo de retirarse, pero le digo ¿te duele algo? y me dice que no, así que no le doy opción «ale, a beber y para arriba, que la noche es joven» 😉

Subimos tranquilamente por la Autopista de la Pedriza, todo el camino me es muy conocido, y se me pasa rápido, en este tramo no vamos mal. Al cruzar el puente nos saludan los voluntarios (unos campeones, ¡chapeau!), y en la subida hacia el Tolmo y el collado de la Dehesilla recuerdo cuando bajamos este tramo haciendo un entreno bandoleiro como si fuera descenso de cañones. A media subida, pasado el Tolmo mi tocayo empieza a flaquear, así que hacemos una breve parada para repostar y le voy animando «ahí está el collado, no queda nada!». Llegamos en 5:17:18, check-in y para abajo. Aquí empieza una zona que no he andado nunca, así que en fila india y a ver cómo está el camino.

Según empezamos a bajar mi tocayo empieza a quedarse un poco atrás, y me pego a otro corredor al que no puedo adelantar por lo estrecho del camino (y tampoco me da muchas opciones). La senda se desdibuja en algunas zonas, y como no tenemos referencias de corredores por delante, a veces paramos para ver por dónde sigue el trazado. Por detrás, a lo lejos, veo varios frontales, entre los que se encuentra (eso espero), el de Juanito. En este tramo, en el que me rozo con varias ramas y meto el pié en un par de charcos, acabo bastante cansado mentalmente, así que en cuanto el camino se abre un poco y aparece la pista, cojo ritmo trotón, con ganas de llegar al avituallamiento de la Hoya de San Blas. Finalmente se cruza el arroyo y el sendero vuelve a remontar hacia el norte, llegando al avituallamiento en 6:38:23. Recargo agua y sin apetito espero a Juanito, que llega casi 20 minutos después, y según comentan, con poco margen ya para el cierre del control. En ese momento de espera me quedo un poco frío, así que saco los manguitos que llevaba en la mochila y me los pongo. Tentado estoy de ponerme el cortavientos, pero sé que en cuanto salga, y con la subida a Morcuera, me lo voy a tener que quitar, así que me aguanto. Mi tocayo me comenta que no va bien, y que tire para adelante, que el sube a Morcuera y se retira, la verdad es que no lleva buena cara, y me siento un poco «culpable» de haberle empujado hasta aquí, pero por otro lado pienso que un buen entreno en distancia tampoco le viene mal… (qué malo soy, ¿no? 🙂 ). Aunque me esperaba lo que me dijo, y me podría haber ido del control mucho antes, en ese momento preferí esperar a hablar con él, por si finalmente se hubiera animado a seguir, pero viendo que los tiempos de corte nos acechaban, supongo que él no quiso tampoco dejarme fuera de carrera.

Así que «liberado» para continuar a mi ritmo, cogí la pista y me puse a ritmo fuerte de subida, adelantando a varios corredores que habían salido antes del control, y en las zonas en las que la pista se tendía alternaba el CaCo, con lo que cogí a varios grupos de personas. Ya en la cabeza sólo tenía el «run run» del tiempo de corte en Morcuera, y estaba decidido a no parar y recuperar algo de tiempo. En cuanto salieron los primeros rayos de sol recordé que llevaba la GoPro en la cintura, así que saqué la cámara e hice algunas tomas de la subida, con un cielo que presagiaba sol y calor.

Amanece subiendo a la Morcuera
Amanece subiendo a la Morcuera

Las últimas rampas de subida a la Morcuera cuestan un poco más, pero ya con ganas de llegar me acuerdo de Jorge y que en este punto abandonó el año pasado después de penar desde la Pedriza. No tengo una referencia de cuánto me saca por delante, pero espero no encontrármelo todavía porque no sería buena señal. Al final llego al control en 9:09:39, y mi GPS me marca 41 km, 3 más que según el rutómetro oficial ¿?. Toca quitar los manguitos, recargar agua, comer algo, y enciendo el móvil para ver si tengo algún mensaje, y veo que Jorge ha salido de allí casi una hora antes, así que ya tengo referencias para ver si le cojo o no.

En el avituallamiento de Morcuera
En el avituallamiento de Morcuera

Desde aquí hasta Rascafría la bajada es toda por pista, así que pongo el ritmo trotón y van pasando los kilómetros un poco más alegremente, aunque los pies van notando el tiempo en marcha. Me voy alternando en posiciones con diferentes grupos de corredores, con algunos de los que comparto algunos detalles de la carrera, ya que no conocen la zona. Cuando pasamos de la zona de pinar al robledal, ya se puede ver la panorámica con Peñalara al fondo, y el Monasterio del Paular y Rascafría, que se vislumbran a lo lejos (y yo pensaba que estaban al lado… plaf!). La parte final del camino, antes de llegar al polideportivo se alarga, y se alarga… Menos mal que los voluntarios están allí en todos los cruces y sus ánimos te dan ese punto de energía cada vez que te los cruzas, BRAVO CHICOS! 😉

Llego al polideportivo de Rascafría en 11:35:33 (son las 10:35 de la mañana), recojo la bolsa de recambio y analizo lo que me voy a poner para afrontar la última (GRAN) subida de la carrera. Siguiendo la tónica de los anteriores avituallamientos, no quiero perder más tiempo del necesario, por lo que como no voy mal de pies ni me quito las zapatillas ni me cambio de camiseta, ya que voy cómodo con la que llevo y con el sol que va a pegar no me atrevo a ponerme la camiseta sin mangas. Así que la secuencia es: cocacola, bocata jamón, crema solar, cambio de buff por gorra RL con faldilla, gafas de sol, cargar agua y a darle zapatilla. En el polideportivo el ambiente está cargadito de Reflex y hay bastante gente tirada por el suelo, es un punto clásico de abandono para el que no se ve con fuerzas para subir Peñalara, que se vislumbra a lo lejos.

Sol de justicia en la subida al Reventón
Sol de justicia en la subida al Reventón

Una vez que empiezas el camino hacia el Reventón, prácticamente no hay vuelta atrás, porque si logras llegar al collado, ya «casi» te queda lo mismo si acabas que si te vuelves, por lo que hay que cogerla con ganas. En mi caso, como tenía claro que no había nada que me lo impidiera en ese momento, volví a poner el paso «sin parar» o «ni un paso atrás», y tacita a tacita a remontar la subida. A lo largo del camino paso a otros corredores y me pasan a mí, pero ya se ve que la densidad de corredores es menor que en otras zonas. Tacita a tacita, y curva a curva, voy remontando la cuesta y cada vez se ve Rascafría más abajo (eso es bueno), intento recordar la ruta del año pasado, cuando corrí el TP60, y en esta zona las piernas estaban frescas y corríamos en las zonas menos empinadas. Ahora ya es una cuestión de no desfallecer, llevar un ritmo constante y que no desgaste demasiado, y disfrutar del camino. Es curioso porque aunque me había metido el iPod en la riñonera por si me aburría y quería distraerme un poco, prefiero oír el ruido del agua del arroyo del Paular, o el canto de los pájaros, o incluso mis propios pasos sobre el camino. Finalmente llega el avituallamiento del Reventón, aunque se encuentra bastante arrasado, y sólo puedo cargar agua a tope en los bidones, que hasta el chozo Aranguren no hay más fuentes de suministro y tampoco sombras en el camino. Salgo rápidamente de nuevo (bueno, lo de rápidamente a estas alturas ya es un decir), y cuando llego al control (14:11:30) ya hace un sol de justicia, con lo que el resto del camino se presenta «calentito». El momento gracioso se presenta cuando tras hacer el checkin en el control, uno de los voluntarios me dice «¿tú corriste el año pasado el de 60k!» Resulta que es quien grabó en Fuenfría el vídeo que sale en Cercedilla TV (ver minuto 4:50, patetic mode «on»).

En la cuerda camino de Peñalara
En la cuerda camino de Peñalara

La cresta entre el Reventón y Peñalara es muy bonita, pero se hace larga, parece que no se llega nunca, aunque tiene sus momentos especiales, sobre todo el tramo ya llegando a Claveles en el que atravesamos un nevero, en pleno mes de junio, y te entran ganas de enterrar las piernas en él para que se refresquen. En el flanqueo de Claveles echo de menos el quitarme los bastones y colgarlos de la mochila, pero bueno, pensando en que el tramo es corto aguanto con ellos y finalmente sobrevivo sin partir ninguno… fiuuuu 🙂

Llego a Peñalara en 16:24:40, y dada la hora que es no queda nadie de los que han subido a animar del grupo de RdB and friends, pero claro, estas no son horas. Así que sin más rodeos, aprovecho para beber un poco de agua, echar una foto, mandar un whatsapp para decir que todo OK y que voy hacia la Granja, y vamos a acabar la faena. Mi GPS marca 74km y ya dice que de batería va como su dueño, justito…

En la cumbre de Peñalara. El resto, cuesta abajo
En la cumbre de Peñalara. El resto, cuesta abajo

El camino es aún peor de lo que recordaba del año pasado, con más de 70km en las piernas, las cuestas y pedregales de los primeros tramos de la bajada hacen que las piernas y especialmente las plantas de los pies estén ya «calentitos», pero la idea de llegar es más fuerte que el dolor, así que sin pausa ni tregua. Al llegar al chozo Aranguren, un poco más adelante hay un par de arroyos de agua fresca que baja directamente de Peñalara, y hay montado un pequeño camping de corredores refrescándose, e incluso algunos que se han descalzado y meten los pies en el agua. Yo (inteligentemente), relleno la botella aguas arriba de los pies en remojo, pero no todos hacen lo mismo… (no sé si ésto explica alguno de los abandonos en la Granja, je je). A partir de aquí la pendiente es más suave y al poco se entra en el bosque, por lo que por lo menos la sensación de chicharrera es menor. Aprovecho una piedra para apretarme los cordones de las zapatillas, y aunque tengo ganas, no me quedan muchas fuerzas para trotar, así que ando rápidamente, y me pasan algunos corredores. En este tramo, ya hasta llegar a la Granja, apenas vi a nadie, creo que más o menos todos debemos ir al mismo ritmo «no siento las piernas». El GPS definitivamente dice que se queda sin batería, y hasta ahí llega el track.

Cuando finalmente llego a la tapia de los jardines de la Granja, veo a algunos corredores que van por delante, y como las piernas han descansado un poco en la bajada, se lanzan a trotar, adelantando a varios corredores ya en la misma entrada a las calles del pueblo. Como conozco el recorrido, ya sé que la meta está al lado, así que hago la llegada en plan «pro», pero no hay casi nadie atento para verla (es que pegaba el sol de justicia, y todo el mundo estaba refugiado en las sombras)… Tiempo final: 18:54:43 y posición 94 de 116 llegados a meta, con 7 retirados y 25 no presentados (no me salen las cuentas de los 200 dorsales que había).

Según llego me apuntan el chip, me endosan el billete de 10€, me ponen la medalla y empiezan a animar la pandilla que me esperaba en la llegada, atrincherados en la sombra: Rafa (que había llegado 3 horas y media antes…), Jorge, Vanessa, frijolito y, ¡sorpresa!, Katia que había venido con su madre para vernos en meta. No contentos con que hubiera terminado, una vez me dan el chalequito de finisher me hacen que vuelva a pasar por el arco de meta para poderlo grabar en vídeo 😉

Momento "pasa de nuevo por meta", extraído del vídeo de Katia
Momento «pasa de nuevo por meta», extraído del vídeo de Katia

Nos quedamos un rato allí comentando la experiencia, muy fuerte el momento «pies de Jorge» (menos mal que no tengo fotos), y muy contentos todos con lo que hemos podido hacer, en especial Jorge que se quita la espinita que tenía clavada del año pasado, Rafa que llegó en posición 21, y ver allí a Katia animada. Mi tocayo se estaba recuperando y pasaría luego por Navacerrada a recoger sus cosas, pero no pude verlo entonces. Se marchan todos con sus respectivos acompañantes a casa, y me quedo con Rafa tomando una cervecita en la plaza mientras esperamos al minibús de la organización que nos tiene que devolver al polideportivo de Navacerrada. En él nos juntamos los que volvemos con la carrera acabada con los que se retiran del GTP110, con cierta tristeza en su cara. Ya en Navacerrada, recogemos los trastos (muy bien la organización) y volvemos a Madrid a descansar, sin mucha más historia que contar. En el momento que ya tu cuerpo se siente en casa, desconecta las baterías y viene el momento «plof», vamos, lo normal.

Recuerdos de la carrera
Recuerdos de la carrera

A modo de resumen, aquí dejo el vídeo que monté con las grabaciones de la GoPro y algunas fotos, espero que os guste… y como se suele decir en estos casos… ¡esto es todo amigos!

Bueno, no es todo, sólo quiero decir a mi tocayo que en septiembre volvemos al ataque de nuevo en la Madrid – Segovia, y que ¡los Bandoleiros cabalgarán juntos de nuevo!

El track

Aquí os dejo, as usual, el track del Garmin, que falleció en la bajada de Peñalara, antes de llegar al Chozo Aranguren…

El cross tres refugios, sin refugios

El pasado fin de semana, y dentro del plan de entreno para el próximo Gran Trail de Peñalara (@GTPenalara) en versión 80K, nos apuntamos a hacer el tradicional Cross 3 Refugios, que se engloba dentro del circuito de la Copa de Hierro que organiza la R.S.E.A. Peñalara.

EL dorsal, un poco arrugaete... ;-)
EL dorsal, un poco arrugaete… 😉

La carrera original tiene un perfil ciertamente a considerar, y una distancia de 30k, o sea, que no es un paseo de senderismo precisamente. A lo largo de la semana el tiempo fue bastante malo, y para el fin de semana se anunciaban condiciones bastante «heavy» para ser mediados de mayo. Mientras estaba pasando precisamente por el puerto de Navacerrada el mismo sábado, recibí un email de la organización anunciando un cambio de recorrido por las malas condiciones climatológicas. Por un lado un cierto respiro, ya que no me encontraba físicamente en las mejores condiciones, pero también me fastidiaba un poco el no enfrentarme a #elpastelaco.

Navacerrada el sábado 18
Navacerrada el sábado 18

Total, que nos presentamos el domingo en la Pedriza, he quedado para recoger a Rafa, y a eso de las 8 ya estamos todos en el parking de Cantocochino, con un sol radiante aunque fresquito. El panorama de las cumbres nevadas es espectacular, y se ven las nubes que coronan las partes altas de la sierra, imaginando la niebla y la rasca que tiene que hacer en Navacerrada.

El resto, casi mejor que lo cuento en forma de vídeo, no me encontraba muy fino, así que tranquilidad y a disfrutar del panorama.

Al final llegué casi de los últimos, pero logré no lesionarme y mantener la pierna entera, así que contento por el resultado. Aquí un par de fotos de la llegada y el grupo que nos juntamos.

Llegando a meta. Foto de Rafa
Llegando a meta. Foto de Rafa
El grupo en meta. Foto de Rafa
El grupo en meta. Foto de Rafa

Como siempre, aquí os dejo el perfil de la carrera y los datos del Garmin:

 

El perfil en perfils:

Perfil de la 0 refugios
Perfil de la 0 refugios

No quería dejar de comentar un par de cosas que no me gustaron de la carrera. Independientemente del cambio de recorrido, que asumo que se vio condicionada por el tiempo y que los organismos encargados de la seguridad y, en su caso, rescate no autorizaran el recorrido original, me parece muy mal que haya un reglamento en el que se establezcan unos requisitos mínimos de equipamiento y que se lo pasen por el forro en carrera.

En concreto hay dos cosas que pone el reglamento:

  • 8.1: Se establece como material obligatorio el siguiente: mallas por debajo de las rodillas, cortavientos, gorro o buff, guantes y medio adecuado para recibir agua en los avituallamientos (bidón, vaso plegable o mochila de hidratación). No podrán tomar la salida aquellos corredores que en el control de salida carezcan de alguno o varios de los elementos exigidos.
  • En los puestos de avituallamiento no se facilitarán vasos, ni se permitirá beber directamente de las botellas, siendo obligatorio que cada participante lleve el medio que crea más adecuado y pertinente (bidón, camel-bak, vaso plegable, etc.), para poder recibir el líquido en los siguientes puestos…

Bueno, pues había gente con pantalón corto, y se daban vasos en los avituallamientos, debe ser que los que hacemos caso a lo que pone el reglamento somos los gilipollas de la carrera, mientras que a algunos se les permite ir «de playa». Espero que no pase lo de la Cavalls, para que alguno del RSEA Peñalara se ponga las pilas…

Previo al Gran Trail Peñalara

Emulando al gran @kbralok , tras su post homónimo (aquí), estoy que no quepo en mi mismo…

Aunque hace unas semanas me sentía pletórico, en el último momento siempre asaltan las dudas sobre si seré capaz de terminar el reto.

Haciendo el cabra por la Pedriza

Cuando te apuntas a una carrera de estas características y el primer día de inscripciones no paras de dar al F5 hasta que abren la página de acceso, no piensas realmente en el marrón que te metes, y sólo cuando empiezas a revisar la ruta y el desnivel es cuando dices ¡GLUPS!

Pero como no hay 2 sin 3, ya tengo apuntada en la agenda el 22 de septiembre los 100 km de Madrid-Segovia por el Camino de Santiago, así que me lo voy a plantear como un entrenamiento de larga distancia, y que sea lo que tenga que ser…

Este es el recorrido y el desnivel de la prueba (yo me quedo en la de 60k).

 

Aquí pongo un widget de twitter para hacer un seguimiento en tiempo real de los twitts del GTP…



Bueno, gracias a todos y al toro! 😉