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Maratona di Roma 2014. La crónica

Bueno, pues después de daros la brasa durante varios meses, el evento ya acabó, así que una vez recogidos los trastos y retornados al calor del hogar (recogidito, que diría mi suegra), toca intentar sintetizar en unas líneas lo que ha sido el viaje a Roma, dentro del cual me di un paseo de unos 42 kilómetros (42.195 metros contados, para ser más precisos). Vamos a ello…

Viernes 21. Arrivando que es gerundio

La jornada arranca a las 3 de la mañana, ya que haciendo la cuenta regresiva respecto a la salida del avión, pues toca madrugón y lo que sea. Ducha, vestirse, decir adiós a los durmientes y para el aeropuerto. Cabe decir que ese día «estrené» yo el hilo de Whatsapp de los viajeros que íbamos a Roma (Santi & family llegaron el jueves). Para ir calentando me toca la puerta de embarque en la otra punta del terminal, empezamos bien. Luego viene la parte de la lata de sardinas…

No sé para qué ponen cinturones de seguridad, si es imposible moverse
No sé para qué ponen cinturones de seguridad, si es imposible moverse

Idea para la UE: ¿no pensáis sacar una directiva con dimensiones mínimas humanamente habitables para aviones? Es que el resto de los mortales no vamos en preferente (habitualmente)

El vuelo sin complicaciones, y con estas que llego a Fiumicino, cojo el tren, y para Roma sin demora. Como el hotel lo tenía más o menos localizado, según salgo de la estación voy directo, «disfrutando» del pavimento de las ¿aceras? romanas con la trolley. Dado que la hora del check-in es más tarde, dejo la maleta y me voy a la feria del corredor (paseo de vuelta a Termini, recorrido que haré unas 10-12 veces en los días siguientes). Cojo el bono diario de metro-bus (6€), y gracias a que había revisado el recorrido Metro-Feria, voy directo sin dar rodeos (y eso que es la primera vez que voy, no como Santi… jem jem).

En la puerta de la feria
En la puerta de la feria

Hago el paseillo por la alfombra roja, y no hay más que seguir el guiaburros (o senda IKEA) que han montado en la feria para poder recoger el dorsal, la bolsa del corredor (unboxing en el vídeo), y darse una vuelta por los diferentes stands que hay montados, que recuerdan un poco a la calle Fuencarral por lo del asalto de los vendedores (en este caso de otros maratones). A partir del segundo ya cojo la táctica del lenguaje universal de «no hay pasta para tanto maratón», y salgo pitando de allí. En la zona más amplia hay stands de las principales marcas (NB, Brooks, Asics…), pero con precios «populares», así que «se mira pero no se toca», aunque las zapatillas y camisetas oficiales molan mucho, sólo son aptas para japoneses.

Haciendo el ganso, que para eso hemos venido
Haciendo el ganso, que para eso hemos venido

Ya casi saliendo me encuentro con Gerardo, que a última hora ve el SMS (sí, todavía existen) que le he enviado, y que se pira rápidamente hasta el día siguiente con un amigo que le aloja. En la salida de la feria han puesto un pedazo de mural con los nombres de los participantes, así que el entretenimiento es recorrer los 15 metros de lona a ver si te encuentras por ahí…

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Con la cartera todavía intacta cojo el metro de vuelta hacia Termini, que he quedado con Santi&family para comer, a ver qué se cuentan de la ciudad. Me llevan a un sitio tradicional con el dueño más comercial de la zona (vamos, un RRPP en condiciones), y pruebo los primeros spaguetti amatriciana del viaje, al dente como les gusta por aquí. Todo ello bien regado por una cerveza ¡de 66cl!.

Pizzeria Andrea
Pizzeria Andrea

Después de comer tomo posesión de la habitación del hotel, 3 camas para mí solito, así que deshago el escueto equipaje y me tumbo a descansar, que hay que recuperar un poco las piernas. Un poco más tarde, nos volvemos a reunir para dar una vuelta por la zona del Circus Maximus, subiendo hacia el ponte Palatino y el entorno del Campo dei Fiori, callejeando y descubriendo parte del recorrido de la maratón. Después de echar unas risas y unas fotos en la Fontana di Trevi hacemos escala técnica en otra Trattoria (de wifi en wifi, como el juego de la oca pero en moderno), y probamos una pizza de patata que nos sabe a gloria.

En la plaza Bocca della Verità
En la plaza Bocca della Verità
Fontana di Trevi, en compañía de las hordas de turistas
Fontana di Trevi, en compañía de las hordas de turistas

Logramos contactar con Pepe (aka el Lodosano Maratoniano), y nos vamos a cenar unas pizzas (para variar), también cerca de la estación de Termini, que se ha convertido en el campo base de las quedadas. El sitio la verdad es que no vale mucho, pero tiene ambiente y se ven varios grupos de maratonianos haciendo carga de hidratos adecuadamente (nosotros por vía sólida y líquida…). Tras un sube y baja de mesas (nos querían meter en la sala «vivan los novios»), cenamos pizzas, ensaladas y cazamos algún pollo (debían estar por ahí campeando, por lo que tardaron… jem). En fin, nos despedimos y al hotel, que al día siguiente tenemos paseo.

Sábado 22. Visitando +

El sábado madrugo «relativamente», ya que hemos quedado a las 8:30 para hacer la visita al Museo Vaticano (o a los museos, que son un puñado). El posible «exceso» de carga de hidratos del día anterior me pasa factura, así que desayuno regular y salgo zumbando, que hemos quedado de nuevo en Termini con Pepe y Santi para coger el metro. Cuando salimos en el metro «Ottaviano-San Pietro» ya se adivinan las oleadas de turistas con ideas parecidas a las nuestras, y a esas horas la cola para coger las entradas al museo ya es considerable, como también la de guías, pseudoguías y demás personajes que pululan en las zonas de turisteo a ver si cazan algo. Con nuestras entradas sacadas previamente vamos directos al acceso, y «voilá», estamos dentro en un santiamén. Mentalmente hago cuentas… ¡ostrás qué pastizal!, no me imagino la caja diaria que pueden hacer con todos esos visitantes, que son como una marea.

Una vez dentro vamos visitando las salas, siguiendo el recorrido «largo», hay que amortizar los 20€ de la entrada como sea. A mitad de camino hacemos una parada técnica de avituallamiento, en contra de lo que podía parecer, el café y la bollería son mucho más económicos que en sitios similares de por aquí. Junto con el ibuprofeno que me tomo «a pelo», me quedo como nuevo y listo para la visita de la capilla Sixtina, que es la joya del Vaticano. Como no se puede molestar con las fotos y tampoco hablar, apago todas las luces de la cámara y nos marcamos un selfie bien artístico  :mrgreen:

Selfie en la Capilla Sixtina
Selfie en la Capilla Sixtina

Después de la capilla queda el resto de museos, la pinacoteca, etc etc… que cada uno darían casi para una visita, es impresionante lo que hay aquí atesorado. Después de 3 horas de paseo, salimos fuera y vamos a ver la Plaza de San Pedro, por donde pasaremos al día siguiente en la carrera. La cola que hay para entrar dentro de la basílica nos desmotiva para entrar, no así para hacernos unas fotos de recuerdo, antes de tomar rumbo hacia el punto en el que hemos quedado después con el resto de la expedición.

La foto clásica de la plaza de San Pedro
La foto clásica de la plaza de San Pedro

Después de dar una vuelta, cruzar el puente de Sant’Angelo y posar delante del castillo del mismo nombre, localizamos otra Trattoria que tiene buena pinta (con wifi, claro), y nos reunimos allí para comer con casi toda la expedición (Alberto y Jen están en su maratona cultural particular  😉 ), la cosa se lía, se lía… y para no dar más detalles, sólo una imagen… je je je. Lo mejor fue las risas con la ensalada de Pepe, que tras leer las 12 que venían en la carta va el tío y se pide una «ensalada César» (que lógicamente no aparecía), y el descojone hasta que al final el camarero decide que le pone una ensalada verde y le echa una pechuga de pollo encima… y arreando que es gerundio.

Se nos va de las manos...
Se nos va de las manos…

Volvemos a nuestros aposentos a descansar un poco y hacer la concentración previa a la carrera, ahora ya se viene Gerardo al hotel, y echamos un par de horas (o tres) charlando, leyendo y comentando por las diferentes redes sociales, además de repasar el circuito de la carrera intentando visualizar el recorrido y el perfil de cara a no encontrar sorpresas después. Con la charla el tiempo pasa volando, y quedamos finalmente en nuestro meeting point habitual (el McDonalds de Termini), donde hacen también acto de presencia Alberto y Jen, que ya los echábamos de menos. Decidimos ir a cenar al Andrea’s, que pilla cerca, así que tras una pequeña espera nos aposentan en medio del comedor, y cuando traen los aperitivos (el aceite con guindilla «ándale ándale» y una sobreasada de impresión), nos ponemos mano a la obra como si no fuéramos a correr una carrera al día siguiente…

El pelotón esperando hambriento
El pelotón esperando hambriento

Yo me decido por unos canelones, y cuando me los traen… ¡mmmmm! una cosa deliciosa, con pasta casera, un relleno de carne delicioso, y una salsa de tomate (pomodoro, perdón), de traca… sencillos pero espectaculares. Aquí os dejo el documento gráfico

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Para liquidar la faena, no habiendo escarmentado de la comida, nueva ronda de limoncello, del que únicamente hago una degustación, no vayamos a tentar la suerte… Organizamos los horarios de quedada para el domingo, poniendo como punto de reunión nuestro hotel y cada mochuelo se retira a su olivo, ya con la cuenta atrás en la cabeza… tic tac!

Ya en el hotel, Gerardo y yo preparamos todos los bártulos, decidiendo qué llevar, dorsaleando la camiseta e intentando no olvidar nada para la carrera que llevamos preparando cuatro meses. A eso de las 12 de la noche ya estamos en el sobre, con el despertador a las 6:50. ¡Zzzzzzz!

Todo listo para mañana
Todo listo para mañana

Domingo 23. #elpastelaco llegó

Un buen rato antes de que suene el despertador ya estamos activos, Gerardo no ha pasado buena noche y va y viene a la máquina del té a ver si se le asienta el estómago. Yo por mi parte me encuentro bien y más o menos tranquilo. Ducha, café, galletas y a vestirse y recoger un poco la habitación. A las 7:30 se presentan Santi y Pepe con las maletas (ellos dejan sus hoteles, mientras que yo me quedo hasta el lunes), y al poco también llegan Alberto y Jen, el conserje del hotel empieza a pensar que en la 101 pasa algo raro… En el hotel hay otras habitaciones ocupadas por corredores, así que el trasiego de gente medio vestida que va a la máquina del café en continuo. Al salir a la calle, el tiempo no es muy apacible, con nubes y algo de viento, que no impiden que nos pongamos en ruta hacia el Coliseo con buen ánimo.

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Según nos vamos acercando, la marea de corredores aumenta, y por fin veo el Coliseo (para ser mi tercer día en Roma ya era hora), siguiendo la ley de Murphy hemos quedado justo al lado contrario de la zona por la que se entra al recinto de la carrera, pero bueno, así calentamos un poco (más).

El equipo de maratonianos
El equipo de maratonianos. Servidor, Santi, Gerardo (un poco mustio), AlberTirantes y Pepe

Nos despedimos de Jen al pasar la valla de entrada, y a partir de aquí nos dividimos en dos grupos, Pepe, Alberto y Gerardo van al cajón B, y yo me quedo con Santi, mientras buscamos el camión para dejar la mochila, que al final resulta ser el primero de la fila (otro paseo de calentamiento más), en el que depositamos las pertenencias la élite y nosotros. Aquí ya han caído unas cuantas gotas de agua, y las nubes que circulan a toda pastilla por el cielo no auguran nada bueno. Nos metemos en el pasillo que tenemos asignado (una pasada la organización y el control, al menos 4-5 personas verificaron que llevábamos el dorsal adecuado antes de entrar en nuestra zona). Quedan como 15 minutos para la salida y empieza a caer un chaparrón de los de verdad (ale, segunda ducha del día). El reportero dicharachero y la música deja de oirse, y al rato avisan de que se retrasa un poco la salida porque se habían quedado sin electricidad.

El corazón empieza a latir más rápido y de repente estamos haciendo la cuenta atrás… 3, 2, 1 y allá vamos! Nos deseamos suerte y pasamos por el arco de salida, como es normal, al principio vamos mirando un poco al suelo para sortear bolsas de basura, ropa y los agujeros con un palmo de agua que hay, a ver si vamos a empezar con una galleta en plan Seb Chaigneau y UTMB 2012…

Allá vamos!
Allá vamos!

En cuanto llegamos al km 1 Santi ya tiene la primera incontinencia, así que parada (ya se estropeó la media)… y seguimos corriendo. Vamos con la botella de isotónico en la mano, para poder ir hidratando tranquilamente y no depender de los primeros avituallamientos, que como todavía la gente va muy apelotonada, son los más complicados de la carrera. Me cuesta un poco mantener el ritmo de Santi, pero dado que la estrategia es mantener y llegar lo más entero posible a la segunda media y luego «ya veremos», le voy esperando y nos vamos alternando las paradas para cambiar aguas hasta más o menos el km 12. El recorrido de la carrera es muy llano y no tiene prácticamente ninguna cuesta, así que me encuentro muy descansado y voy charlando y disfrutando del «paseo», mientras voy grabando vídeos con la GoPro.

De paseo por Roma
De paseo por Roma

Los avituallamientos cada 5 km están bien surtidos, no tengo problema en coger agua/isotónico en cada uno de ellos, así que aprovecho para hidratarme bien, que luego ya sabemos lo que pasa con los que van con prisas y lo dejan todo para el final, cuando llega el señor del mazo. En el km 18 enfilamos la plaza de San Pedro y hacemos las pertinentes fotos, parando incluso para hacerle unas a una corredora que no atinaba ni a desbloquear el iPhone a la que le digo «¡tranqui que ya no creo que ganemos!» 😀

Llegando al Vaticano, corriendo sin mirar (peligro, peligro)
Llegando al Vaticano, corriendo sin mirar (peligro, peligro)
Otro selfie Vaticano
Otro selfie Vaticano

Pasado el km 19, ya fuera del recinto del Vaticano me despido de Santi, que va a un ritmo más lento, nos deseamos suerte y acelero para intentar coger un ritmo un poco más elevado. El paso por la media lo hago en 2:15:38, y ya voy todo el tiempo adelantando a gente. A partir del km 25 ya se ve bastante gente que va justa, y algunos andando… pufff!. Cojo un ritmo en torno a 5:30, aunque en los avituallamientos cada 5 km paro a beber y tomar los geles que llevo (km 25 y 35), que tampoco se me ha perdido nada. En el km 28 viene el primer repecho, que subo sin problemas, y luego ya en el km 35 se pasa por un túnel, a cuya salida está el avituallamiento, y empieza a llover de nuevo cuando llegamos a la zona de adoquines, y pasamos la piazza Navona bajo la lluvia, mientras la gente aposentada en las mesas de los restaurantes anima.

El paso por el centro de la ciudad está completamente vallado, en algunas zonas parece un poco «walking dead», pero sigo avanzando sin parar, ya descontando los km del último 10.000 como se deshoja la margarita, sólo noto un «poco» cargados los cuádriceps, pero por lo demás ninguna molestia, da gusto correr así 😉

Adelantando cadáveres en el km 40
Adelantando cadáveres en el km 40

Ya sólo queda el último repecho al llegar al km 41, el avituallamiento está un poco antes en el túnel, y aprovecho para beber un poco y andar unos metros, aunque en seguida retomo el paso, y a por el último km. A esta altura de la carrera me acuerdo de los adoquines y la madre que los parió, pero bueno, no vamos a torcer el gesto para la foto y el vídeo de meta. Cuando quedan como 50 metros de repente viene uno a 4’/km y me da una lijada que pienso «¡ya podías haber dosificado mejor, macho!» ja ja ja. Bueno, el tema es que después de dar gracias a todos por haberme permitido llegar hasta aquí (y en especial a mis piernas, que son las que se han comido #elpastelaco), resulta que he hecho la segunda media en 2:04:58, con lo que sumando tenemos el tiempo final oficial… 4:20:36! Que no es para tirar cohetes, pero QUÉ BIEN ME LO HE PASADO!  😆

Entrando a meta
Entrando a meta

El «servicio» a partir de aquí es impecable, unas chicas muy monas te ponen la medalla, otras te dan una manta térmica y a continuación el avituallamiento con una bolsa que te puedes colgar con agua, isotónico, fruta… vamos, una gozada. Sigo andando hasta el camión, y en cosa de 15″ me han dado la mochila. Impresionante.

Otra medalla a la saca
Otra medalla a la saca

Me cambio la camiseta para no quedarme frío y me quedo esperando a Santi, ya que tengo su ropa en la mochila, en esos momentos el tiempo va alternando entre nubes, sol y amagos de lluvia. Unos 45 minutos después aparece con su medalla ¡bien!, y viendo el cariz que van tomando las nubes enfilamos hacia la salida de la zona de corredores. A medio camino se abre el cielo y cae la del pulpo (again).

La foto-finish con el Coliseo al fondo
La foto-finish con el Coliseo al fondo

Todo el camino de vuelta al hotel lo hacemos bajo la lluvia, con lo que cuando finalmente llegamos estamos como sopas desde la cabeza hasta los pies, así que subimos a la habitación, por la que han pasado Pepe y Gerardo, que se han duchado, cogido sus trastos y abandonado, con lo que el del hotel seguro que se pensaba que allí teníamos montado un negocio de «camas calientes» para corredores… no sé yo… El tema es que me encuentro en la mesa de la habitación con botellas de agua, Gatorade, galletas, fruta, bizcocho… todo lo que les sobraba me lo han dejado allí (cosas de Ryanair y su «low cost»).

Bueno, el tema es que se ducha Santi mientras voy recogiendo cosas, y cuando me meto en la ducha llegan Elena y Jorge, que han ido a comer por allí cerca. De repente, debajo de un folleto descubro un DNI… de Pepe! Ya me veo con compañía esa noche cuando llegue a la puerta de embarque del avión y le pidan la documentación… Intentamos contactar con él pero no da señales de vida, uy uy uy… Total que como Santi&family tienen que irse hacia la estación, decidimos comer allí y les acompaño, con el DNI de Pepe en el bolsillo para ver si aparece en algún momento (yo en mi fuero interno me veía de camino a Ciampino…). Finalmente nos llama cuando quedan 3 minutos para que salga su bus al aeropuerto y se pega una carrera para recoger el DNI y poder llegar a tiempo al embarque, cosa que finalmente logra… ufff!  😀

Después de comer despido a la familia Caminero-Canales, que también parte para los madriles, así que me vuelvo dando un paseo (y van… ) al hotel y me echo un rato a descansar, con la medalla puesta, claro. A partir de aquí ya es «aventura personal», salgo a cenar cerca del hotel y descubro que teníamos la heladería más antigua de Roma a 5 minutos a pata, así que no pierdo la ocasión y allá que me voy a tomar un tiramisú… MMMmmmMMMMMM…

Palazzo del Freddo
Palazzo del Freddo

Entre medias del paseo seguían cayendo chubascos cada cierto tiempo, y finalmente llegué entero al hotel, donde me metí un sueño reparador, no sin antes haber chequeado que todo el mundo hubiera llegado sano y salvo a casa.

Conclusión: cuarto maratón finiquitado con todo en su sitio 🙂

Lunes 24. Roma a mi bola

Me desperté relativamente pronto, a eso de las 7:30 ya estaba en la ducha y recogiendo las cosas, un poco tieso de piernas pero sin ninguna molestia en especial. Recogí los trastos del hotel, desayuné y bajé la maleta a recepción, ya que el avión lo tenía por la noche y quería aprovechar el día para ver la ciudad a mi aire. Como no tenía ningún plan prefijado, decidí que lo mejor era irme «a lo lejos» y volver serpenteando, ya vería el ritmo que llevaba, así que cogí de nuevo el metro, esta vez bajando a la estación de Manzoni, que me quedaba más cerca del hotel, y fui hasta la del Vaticano.

Tampoco quiero enrollarme con más detalles, sólo comentar que entre pitos y flautas creo que me hice más de 10k a pata, que como estiramiento «post carrera» creo que no está mal, todo ello aderezado con numerosos chaparrones, con lo que iba de monumento en monumento aprovechando los aguaceros para refugiarme en la iglesia o atracción que me pillara más cerca.

Refugiado en el Panteón mientras cae un diluvio
Refugiado en el Panteón mientras cae un diluvio

Además, como tenía encargos familiares, la mochila se iba llenando con viandas, así que el «entreno de recuperación» acabó siendo un buen paseo fotográfico, del que ya subiré las fotos al Flickr.

Sale el sol en el Foro Imperiali. Un rato después se desploma el cielo sobre nuestras cabezas
Sale el sol en el Foro Imperiali. Un rato después se desploma el cielo sobre nuestras cabezas

Finalmente recojo las maletas en el hotel, vuelvo por última vez a la estación de Termini, tren al aeropuerto y vuelo «enlatado» a Madrid. En resumen, que me meto en la cama a eso de la 1:30 del martes… THE END!

Postdatas varias y referencias

Como mi crónica no ha sido la primera, aquí voy añadiendo las referencias por orden cronológico:

Los detalles de la carrera en el Garmin:

Enlace al vídeo oficial de carrera, primero sale un anuncio pero luego va enlazando las cámaras por los diferentes puntos de paso… AQUÍ.

Los tiempos oficiales de paso salen en la página web:

certificado-7080

Como se ve, a partir del k15 adelanté a más de 2.700 personas… je je je ¡hachazo!

En cuanto tenga el vídeo que hice con la GoPro lo enlazo aquí abajo. Si queréis estar al tanto, mirad mi canal de YouTube.

Otra para la galería
Otra para la galería

Nos vemos en Obstó! 😉

Actualización 01/04/2014. Ya están los vídeos subidos en este POST

Actividades semana 7 (Roma -34 días)

Haciendo cuentas rápidas me sale que en 5 semanas estaré en Roma dándole a la zapatilla, así que poco a poco voy intentando recuperar el ritmo de entreno. Aunque no creo  que esté en condiciones de atacar mi MMP (que no es gran cosas), al menos quiero ir con el suficiente nivel para poder ver el paisaje y no arrastrarme por la ciudad eterna.

Esta semana al final sólo pude salir 3 días, pero aproveché bastante, especialmente en la tirada larga del domingo, que me plantee como «test» a ver qué tal iba subiendo de km, teniendo en cuenta que el sábado había hecho 10 km a ritmo suave. El gráfico resumen muestra los datos generales:

Semana-7-2014

Y el día a día:

  • MiércolesRoma 78/99. Rodaje a ritmo de carrera (jem, jem), con calentamiento +60’Z3 +enfriamiento, algo de llovizna pero el suelo mojado e ideal. Al final fueron algo más de 15 km, ya que el GPS no cogió satélites hasta llegar al Retiro. Zapatillas: NB 1080v2
  • Sábado:  Roma 79/99. Tocaba 45′ de recuperación, pero aprovechando la coyuntura salí a correr a ritmo de la jefa y de palique. Al final, 10km muy suaves que le sentaron muy bien a las piernas. Zapatillas: NB 1080v2
  • DomingoRoma 80/99. Tirada larga de la semana. Aunque el plan marcaba 3 horas, como todavía estoy en progresión lo reduje a 2:20, y acabando «entero». Buenas sensaciones para ir cogiendo confianza de cara a lo que viene en 5 semanas… Zapatillas: NB 1080v2

Como no tengo vídeos molones ni demasiadas cosas que contar relacionadas con el correr, una historia con final «feliz». El jueves, por temas de trabajo, estaba de visita en una gravera cuando por arte de magia el teléfono se me quedó en un charco mientras hacíamos el recorrido de la visita en un 4×4 en plan «Frank de la Jungla». Al finalizar el trabajo e ir a coger el coche para volver a casa me dí cuenta de que no llevaba el móvil, y gracias al servicio de Google denominado «Android device manager«, pude localizar dónde estaba con el iPad y volver a por él (gracias al encargado que me dio otro paseo por la gravera hasta el punto donde aparecía en el Google Maps). Verlo sobresaliendo de un charco fangoso hizo que el corazón me diera un vuelco, y aunque el teléfono seguía encendido y funcionando, por la tarde hizo «plof» 🙁

Así que cogí el teléfono y. después de intentar revivirlo sin éxito, lo metí en una bolsa de arroz (ecológico, a más señas), y tras varios intentos infructuosos de por medio, el domingo por la tarde volvió a dar señales de vida 🙂 De momento parece que he logrado salvarlo, aunque seguiré dejándolo por la noche en el saco unos días más hasta que quede más seco que la mojama…

Teléfono deshidratando
Teléfono deshidratando

No quería dejar sin comentar un post relacionado con el maratón que leí en el blog de María Caballero (@MCG66Madrid), titulado «Las dos semanas más duras para esta maratoniana«, y que explican muy bien los nervios previos a la gran cita (ale, a leer…) Mucha suerte a ella y a todos los @DrinkingRunners y demás amigos que el próximo domingo se baten con los 42k en Sevilla.

Para que se (nos) pongan los dientes largos, allá va un vídeo de RECmountain recopilatorio de esquí de montaña en Peñalara

Así que sed buenos y nos vemos la semana que viene en la Media Maratón de Latina  

Spirit of the marathon – vídeo de inspiración

Afilando los dientes para el 23 de marzo de 2014…

 

Mapoma 2013. Sin prisa pero sin pausa

Esta debe ser la crónica más tardía del maratón de Madrid (AKA Mapoma o Rock’ n’ Roll Madrid Marathon) que se escribe en la red, pero como más vale tarde que nunca, pues allá que va.

Parece que voy a tener que esperar para hacer un mapoma «a gusto» con el entrenamiento adecuado, pero como hay que adaptarse a las circunstancias, me planté en Cibeles a las 8 de la mañana con los deberes que pude hacer hechos, y que fuera lo que tuviera que ser.

Según bajo por Alcalá, y nada más llegar a Cibeles, veo que no hay todavía follón en los camiones de recogida de mochilas, así que, a pesar de que hacía buena rasca, dejé la mochila tras 2 minutos de espera, y a buscar a los chicos de RdB&friends. La idea inicial era rodar a 6’/km y ver cómo iba la cosa, a lo cual se habían apuntado algunos compañeros. Otros, que cogieron el dorsal unos días antes de la carrera al grito de #nohayhuevos, también tienen idea de ir al tran tran.

Con Jorge y Julián en Cibeles
Con Jorge y Julián en Cibeles. Foto de Celina

Después de un buen rato de charla, viendo un montón de caras conocidas, grupos, amigos, y 30000 mensajes en el WhatsApp «¿habéis dejado la mochila o no?» «¡hay un follón de la leche!» y similares, decidimos acercarnos a ver la que hay liada en la salida, que son ya las 8:45.

En los camiones del guardarropa hay liada una monumental, son casi las 9 y la cola llega más de 50 metros, así que esperamos en grupo a que Santi pueda dejar el equipaje. Dan la salida y todavía hay un montón de gente esperando a dejar la bolsa. Como ya se ha hablado bastante del tema, tampoco me voy a explayar…

Finalmente estamos todo el grupete, incluyendo acompañantes para este primer tramo, así que posamos y Antonio nos hace unas fotos.

Foto de grupo, mientras ya se ha dado la salida. (Foto de Antonio Bizarro)
Foto de grupo, mientras ya se ha dado la salida. (Foto de Antonio Bizarro)

Así que casi 13 minutos después de dar la salida oficial, pasamos por el arco, ¿empieza la aventura!. Al poco de salir ya nos separamos, y nos juntamos Jesús, Jorge y yo a ritmo trotón. En esta primera parte hay que relajarse y no dejarse llevar por los que van a hacer la carrera de 10K o 21K, aunque por lo atrás que hemos salido, vamos pasando gente todo el rato, algunos ya con la cara congestionada a pesar de no llevar ni 3 km ¿?…

Se me olvidaba comentar que aunque hace bastante frío (unos 3ºC a la salida), me he quedado con la camiseta, unos manguitos, guantes y mallas cortas. A la cintura estreno la Spibelt, con un par de geles, el móvil y las llaves. Y de zapatillas, repito las Nike Vomero con las que he corrido mis anteriores maratones (2), que todavía siguen dando guerra.

Seguimos a ritmo tranquilo, charlando y viendo el panorama, y pasamos el km 10 en 60 minutos justos, de momento parece que el reloj va perfectamente sincronizado con las piernas, a ver lo que dura.

Paso del avituallamiento km. 10. Foto de Antonio Bizarro
Paso del avituallamiento km. 10. Foto de Antonio Bizarro

En el km 12 Jesús decide que prefiere reservarse, así que se descuelga para ir esperando a Gerard y Santi, que vienen por detrás, mientras que Jorge y yo vamos a buen ritmo y manteniendo. Entre el km 17 y 18 hacemos las dos salutaciones a nuestras respectivas familias, que nos esperan al paso por la Gran Vía y la plaza de Callao. Antes de llegar a la media volvemos a ver al fotógrafo ubicuo (AKA @antbiza), que nos vuelve a retratar en pareja, ya con un semblante «menos festivo». Sin embargo, hemos recortado algún minuto, dado que esta zona es más favorable, y pensando en el tramo final.

Llegando a la Media, por la calle Ferraz. Foto de Antonio Bizarro
Llegando a la Media, por la calle Ferraz. Foto de Antonio Bizarro

Aquí hasta el km 25 es prácticamente todo bajada o llaneo, así que aprovechamos para recuperar y recortar algún minuto, y cuando llegamos a Norte, se nos une Rafa, que nos acompañará como liebre de lujo hasta la llegada a meta. Entramos a la Casa de Campo y aprovechamos para hacer un cambio de aguas «behind the musgo», que ya toca. Pasado el km 28 hay un avituallamiento de gel, lo cojo y me lo zampo, será el único que tome en toda la carrera, aparte de las dos botellitas con isostar Endurance que tenía preparadas.

La cuesta de salida de la Casa de Campo (km 32) marca el inicio de la parte dura de la carrera, en este repecho los que van más tocados se paran a andar, aunque nosotros apretamos los dientes y subimos sin descanso. Después, la bajada por la avda. de Portugal sirve para recuperar un poco, enfilando la zona más dura de la carrera. A partir de aquí ya se oyen pocos cantos y risas, empiezan las molestias musculares, primero un cuádriceps, luego un gemelo, un sóleo, etc etc… todos los músculos reclaman su «minuto de gloria», aunque yo les digo que no toca y parece que me hacen caso… ufff… 😉

Desde el km 32 la cuenta se vuelve regresiva, es un 10k pero al revés, así que voy descontando km uno a uno, y pensando «lo conseguiré!». La subida hasta Atocha se hace larga, pero el año pasado la sufrí más con la cintilla, así que me digo que no vale quejarse y todo para adelante. En mi mente sólo hay la rampa de Alfonso XII, y aunque barajo la opción de subirla andando, sé que puedo hacerla al trote, así que vuelvo a apretar los dientes y arriba (apufff….). En este punto, Alberto «RunnerChef» nos espera como el año pasado, para animar y hacer unas fotos, ¡gracias Alberto!

Alfonso XII. Km 41. Foto de RunnerChef
Alfonso XII. Km 41. Foto de RunnerChef

La recta se hace interminable, pero al final se llega a Alcalá y la última subida hacia la entrada al Retiro. En esta zona pierdo fuelle y Jorge sigue hacia meta imparable, mientras Rafa prepara la cámara del móvil para grabar la entrada a meta de lo que queda de mí 😉

Como siempre, los últimos metros por el paseo de coches del Retiro son impagables, la meta está delante y la alegría por el reto superado es algo que cada uno lleva dentro. Aquí Rafa me grabó a la carrera los últimos metros llegando a meta…

Llegada a meta Mapoma 2013 from Juan Segui on Vimeo.

 En resumen, y para no enrollarme más, tiempo oficial 4:12:33, o sea, que clavé los 6’/km.

Segunda medalla de Mapoma ;-)
Segunda medalla de Mapoma 😉

Para los fans de las estadísticas y los datos, aquí os pego el perfil que sale del reloj y los datos del Garmin.

 

Perfil de la carrera, sacado con el programa "perfils"
Perfil de la carrera, sacado con el programa «perfils»

Muchas gracias a los supporters, animadores, público en general, y en especial a Rafa por acompañarme en la parte final, ¡eres grande!

Consejos de todo a 100 antes de una maratón

Este fin de semana es la maratón de Valencia, con la que yo debuté el año pasado en la distancia, como ya conté aquí… Un año después,con otra maratón en las piernas y tres ultras, me atrevo a hacer una pequeña chuleta-recordatorio para los que se estrenan este año, y que espero lo hagan disfrutando a tope, en especial Mauro y Pep, que llevan un porrón de meses preparándose con una ilusión contagiosa.

Dorsal 6273. Todo listo para mañana

Previo

Unos comentarios para desestresarse un poco. Yo me planteo las carreras con dos opciones:

  • Para hacer marca: si has entrenado lo que debías y tu tiempo objetivo es razonable, LO VAS A CONSEGUIR!. Claro, te pueden pasar 1000 cosas y cagarla, pero el 99% de las veces no va a ser así. Si no has entrenado lo suficiente, pasa al siguiente punto.
  • Con otro objetivo: acabar, hacer de liebre, o lo que sea. Si este es tu objetivo (supongo que acabar, en este caso), relájate, piensa tu ritmo objetivo conservador y tranquilo, no te va la vida en ello. Disfruta del ambiente, los personajes, la ciudad, el resto de corredores, hazte fotos, videos… DISFRUTA! (que la vida es corta)

La noche anterior

Dejar todo preparado (todo, todo). Aquí mi lista:

  • El dorsal puesto en la camiseta y la ropa de carrera preparada. El chip (si no es dorsal-chip) enganchado en las zapatillas.
  • Si se prevé lluvia, la bolsa de basura con capucha, para por lo menos mantenerte seco hasta la salida. Si vas con chubasquero, te empapas y luego para correr es un coñazo, en cuanto sales te empieza a sobrar, y puedes tirarlo (ni de coña) o atártelo a la cintura hecho un ovillo (un rollo de narices).
  • La bebida para el «desayuno», así como lo que vayas a comer antes de la carrera.
  • La vaselina y las pezoneras o esparadrapo. El año pasado en Valencia regalaban unas pezoneras muy cómodas.
  • El reloj CARGADO y el pulsómetro preparado.

La bolsa del corredor

En la bolsa para el guardarropa:

  • Camiseta de recambio (a mí me gusta ponerme la «oficial» de la carrera, y conjuntarla con la medalla de finisher) 😉
  • Gayumbos, calcetines y pantalón, así como una chaqueta o sudadera, y/o chubasquero si puede estar lloviendo, para estar seco a la salida (antes de meterte la paella entre pecho y espalda).
  • Una toalla para secarte (en Valencia el año pasado daban una pequeña a la llegada).
  • Calzado cómodo (algo ligero y amplio, cuenta que es probable que tengas los pies un poco hinchados). Si no se prevé lluvia y no quieres meter mucho trasto, ésto te lo puedes ahorrar.

Si es tu primera maratón y no tienes nervios y te acuestas pronto… NO ERES HUMANO!

Al despertarse

Como seguramente habrás dormido poco y/o te habrás levantado antes de la hora prevista, no te agobies, es normal, haz el ritual que tengas pensado e intenta pasar por el baño y «soltar lastre» (menos es más, recuerda). Como tienes la ropa y las cosas preparadas, aunque no te acuerdes de cómo te llamas o qué cojones haces un domingo en una habitación que no conoces, poco a poco irás atando cabos y acabarás con la ropa puesta y todo listo.

Supongo que el tema del desayuno y la alimentación ya lo tienes controlado, unas 3h antes de la carrera la última comida con hidratos abundantes. Si no te entra mucha comida, yo lo que hago es salir pronto del hotel con unas barritas de cereales e irlas comiendo tranquilamente, junto con algo de líquido. Deja de comer como una hora antes de la salida, y cambia el agua al pajarito, que salir con ganas de mear no es buena idea.

Deja la bolsa del corredor, quédate con lo imprescindible y vete a ver el ambiente de la salida, no te pongas a calentar como un keniata, que tienes 42k para entrar en calor (y seguro que lo harás) 😀

Ya estoy en la salida, ¿y ahora?

¿Pero tú estás tonto?…. A CORRER, #CONUNPAR !!! y hasta la meta!

 

Llegando a meta
 

PD: el lunes ya ponéis todas las cosas que NO hicisteis, y lo hablamos… 😛