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Medio Maratón de Villaverde 2014

¿Otra entrada más de carreras? Pues sí, oiga. Tenía unas especiales ganas a esta clásica madrileña, ya que el año pasado me tuve que retirar lesionado en el km 4-5, mi primer (y único) abandono hasta la fecha. Así que este año venía muy motivado para correr y acabar con buen tiempo y buenas sensaciones.

¿El resultado? -> ¡GENIAL! Pero vamos por partes.

Quedamos para la previa, como siempre, en el bar al lado de la boca de metro, pero veo que está cerrado y en ese momento me llama Jesús para avisarme que la concentración se ha movido dos calles más abajo. Casi a la vez veo a Javier (@ischumi_), así que pasamos a coger el dorsal, bajamos, y nos juntamos con la grupeta que se ha atrincherado para ir «calentando motores».

Ojocuidao, que estamos muuyyyy locos.... :-)
Ojocuidao, que estamos muuyyyy locos…. 🙂
Con Javier
Con Javier

En fin, que nos ponemos el disfraz de correr y nos dirigimos hacia la salida, ya con una buena temperatura. Me quedo de corto, sólo con los guantes, que el calor ya vendrá al correr. La entrega de mochilas perfecta, 15 segundos para dejarla y todo listo para darle zapatilla. Nos subimos a la parte alta de la calle, donde está calentando la gente y pega el solecillo, parece que los astros se alinean para que salga un buen día de correr. Entre medias vamos saludando a mucha gente, y me encuentro a mis discípulas Cris y Sonia, a las que animé a esta carrera después de la de la Ciencia (es su segunda 1/2 maratón).

El RdB Team preparado
El RdB Team preparado
Se añaden Jesús, Alberto, Javier y Juanlu a la foto anterior
Se añaden Jesús, Alberto, Javier y Juanlu a la foto anterior

Empieza a sonar la música, la cuenta atrás de las canciones enviadas por los corredores a la encuesta en FB, y a eso de las 9:30 con el «Wellcome to the jungle» de los Guns N’ Roses salimos desde la parte de atrás del pelotón. Me «arrejunto» con mi brother Jorge (el de «estamos muy locos»), con Javier y algunos amigos más, aunque nos vamos reubicando poco a poco en los primeros compases de la carrera. A lo largo de la misma, hay que ir posando para las guapas fotógrafas que nos retratan…

Menos saltar y más correr. Foto de Mapi
Menos saltar y más correr. Foto de Mapi

Jorge y yo vamos cogiendo ritmo, la idea (tácita, supongo) era ir como a 5’/km, así que contando con algunos parones en los estrechamientos por los caminos del borde del Manzanares que recorremos en la primera mitad de la carrera, mantenemos más o menos ese ritmo. Vamos casi todo el tiempo adelantando corredores, lo de salir atrás aunque no es una estrategia muy inteligente para hacer marca, sí que te va dando alas el ver que vas superando a otros que van más lento (la situación contraria es más frustrante, desde mi punto de vista). Así como quien no quiere la cosa, entre charla y trote disfrutón llegamos al km 10, (en el avituallamiento del km 5 no hemos cogido agua) y corto ni perezoso me saco el gel que llevaba en la Spibelt y empiezo a tomarlo, para luego remojarlo en el «próximo-cercano-creo-yo» avituallamiento. Craso error. Siguen pasando los km, 11, 12, y nos coge Juanlu «AKA el tapado yo voy a 5’15», y ya al fin, tras el control de paso del km 13 aparece «el oasis», y yo con el esófago casi cerrado del pegamento del gel. Me lanzo a por una botella y entre trago y trago logro acabarme el gel. A todo esto que en esta zona es cuesta arriba…

Don't stop the party!
Don’t stop the party!

Un poco más adelante, ya por el km 17, Jorge y Juanlu se adelantan, las piernas ya empiezan a pesar, así que mantengo mi ritmo y concentración, disfrutando del esfuerzo (sí, digo «disfrutando» porque es lo que toca en ese momento, y yo lo he querido, así que «sarna con gusto no pica»). Les sigo manteniendo a la vista, e intento no perder la referencia. A todo esto que el día sigue estando genial para correr, por lo que lo único que tengo que centrarme es en mantener el ritmo e ir descontando los km que quedan hasta meta. Ya en la última cuesta, una vez que se gira se ve la entrada a la meta arriba, noto el esfuerzo, y como el trabajo está hecho decido no «ir a morir» en la rampa final, así que cedo unos segundos gustosamente al señor cronómetro, todo por entrar con buena cara en la meta para la foto finish. Por mi reloj me sale 1:47:25, aunque el tiempo oficial es algo mayor, 1:47:42, ¡qué más da! 😀

Diploma final
Diploma final

En la línea de llegada están esperando Jorge, Juanlu y Ruth, que ha llegado entre medias, así que muy risueños nos hacemos la correspondiente foto conmemorativa. Me encuentro muy contento de cómo he corrido, así que la sonrisa de tonto ya no se me borra de la cara en lo que queda de día.

Nota mental: en la próxima mirar para arriba :-D
Nota mental: en la próxima mirar para arriba 😀
La grupeta, feliz en meta
La grupeta, feliz en meta

Recogemos la bolsa del corredor con la camiseta de este año (muy chula, por cierto), y mientras me cambio espero a ver si van llegando los amigos/as que vienen detrás (mola lo de ver la cara que lleva la gente tras la cuesta, imaginando la tuya también, je je). Al rato veo llegar a Sonia, que hace su MMP en la 1/2, y después llega Cristina con su hermano. También veo pasar a Javier (bastante concentrado, en la próxima le ponemos la máquina de sonrisas), a Jesús, a Jan, y a otros más que van pasando por el arco de meta.

Para finalizar nos vamos a tomar las correspondientes hidrataciones (AKA «cervecitas reconstituyentes»), y como los deberes familiares me reclaman, al rato ya pliego velas y vuelvo para casa, feliz como una perdiz, que diría Almu.

Aquí os dejo los datos del Garmin, as usual:

Y por si os interesa, una pequeña lista de próximos eventos/carreras previstas para los próximos meses:

  • 22/11/2014 (mañana): churrunning tapiera (vamos, correr un rato y churritos en San Ginés). Evento madrugador (7:00)
  • 23/11/2014: Cerro Marmota – 25K por el campo en Colmenar Viejo. Un clásico pero que es nuevo para mí.
  • 13/12/2014: Cross de Patones – 12,5K, espero que acompañado por algún Bandoleiro remolón… tic tac…
  • 27/12/2014: San Silvestre Trail de Pedrezuela – 18K por el campo (este año espero que también buen tiempo y piernas enteras)
  • 31/12/2014: San Silvestre Vallecana – 10K (¿?) duda, me quedé sin dorsal, ya veremos qué hago
  • 17/01/2015: Trail del Serrucho – 23K, una clásica de enero que he corrido en sus dos primeras ediciones (conocida también como «El Barrucho»)

Y finalmente agradecer a Mapi (Ayelen) sus estupendas fotos, que como llevan marca de agua se sabe que son suyas 😉

Otro TP80 a la saca. Crónica y reflexiones

Güer is da limit?

Pues la verdad, ahora mismo ni lo sé ni me importa tres pimientos. Si lo que quieres leer es una crónica de lloros, sufrimientos, momentos límite, paroxismo trailrunner… pues te has equivocado. Vamos, que para pasarlas canutas y ver una luz al final del túnel no me apunto yo a una carrera ni harto vino.

Lo que quiero contar a continuación es el conjunto de experiencias que viví en la carrera. su ambiente, el material, cosas que quiero recordar, y, en resumen, vaciar mi mente y dejar escrito aquello que pueda narrar con palabras o imágenes. No sé si me ayudará en próximas carreras, le servirá a alguien o únicamente quedará para mi satisfacción personal, pero a lo hecho, pecho. 🙂

PD: sorry por el retraso, pero las cosas de palacio… van a troticochi 

Paso a paso

Además de las jornadas previas de entrenamiento (no es que me haya matado, pero apuntarse a una cosa de estas sin haber salido a correr es de #WITL total), el miércoles fui a ponerme en manos de mi «magreador de piernas» favorito (AKA Fisioteko), que me dejó listo para sentencia, sobre todo relajando las zonas que tenía un poco más «tiesas», aunque me llamó algo así como «piernas mojama»… 🙂

El jueves dejé medio preparado el material, con vistas a calibrar si todo estaba OK y no me faltaba nada, y tener un poco de tiempo para repasar la lista y no dejarme nada a última hora, como las pilas de recambio (ya contaba con acabar un poco tarde). Como vulgarmente se dice, «preparé el muñeco» y repasé el material necesario. Estuve charlando un rato con Jorge, que fue a coger el dorsal, y ya estábamos un poco con los cosquilleos estomacales «pre-carrera», a pesar de nuestro escaso carácter competitivo.

Preparando el equipo
Preparando el equipo

El viernes, últimos detalles, concretar los horarios para los traslados hasta Miraflores, e intentar dormir un poco para llegar lo más descansado posible a la salida. Como casi siempre, no cerré los ojos hasta cerca de las 12 de la noche, 3 horas antes de que sonara el despertador ¡glups!.

2:50 de la mañana, suena la primera de las dos alarmas, y en nada ya estoy preparando el desayuno y en la ducha. Lo bueno de haber quedado a recoger a Jorge es que ya tengo un motivo para no remolonear en la cama. Así que a las 3:30 ya estoy en la calle a coger el coche, la gente de farra por la Gran Vía me mira raro… ¿por qué será? 😉

Puntual como siempre, allí está Jorge, llegamos a Navacerrada sin problemas, aparcamos y al poco tiempo aparece mi tocayo, que nos llevará a Miraflores para la salida. Pienso en el madrugón que se ha pegado para venir a recogernos y animarnos un rato y me emociono de poder compartir estos momentos con personas tan majas y entrañables. Ya en Miraflores, aparcamos, y tras repasar las mochilas, una vuelta al coche a recoger las gafas de sol que se me habían caído y unas últimas palabras de despedida, procedemos a pasar el control de chip. Nos tienen un rato en una zona acordonada sin ningún cartel de la carrera, ni un arco de salida (vamos, una salida «low cost»). Así que de repente se oye un murmullo que va creciendo, y sin darnos cuenta casi dan la salida y allá que nos lanzamos. Toda la parafernalia es una cinta de balizamiento en el suelo sobre la que pasamos al trote. Son las 6:15 de la mañana y nos queda un buen trecho por delante. En el corral hemos saludado a varios amigos y conocidos, como Juanlu, Pacoyo, Albertopoulos, con los que no sé si coincidiré o no más adelante (pero no anticipemos los sucesos…). Aquí va un vídeo de Jorge de la zona de corral… beeeee!!!

El primer tramo de carrera, hasta el km 8 aproximadamente, es una pista que alterna subidas y bajadas con poca pendiente, por la que vamos trotando a ratos y andandocharlando otras veces, intentando reservar y no cegarnos en esta zona. Hace una temperatura ideal y vamos muy cómodos. A partir del km 8 la pista se empina y pronto enlaza con el camino que se dirige ya haciendo zetas hacia el collado de la Najarra. Hasta ese momento sólo llevo de «gasolina» en el cuerpo media barrita de cereales, así que me abro un gel para ir tomando algo, aunque no tenga ganas, que las pájaras están acechando en cualquier momento.

Una vez que acaba la subida, de repente te encuentras (km 13 aprox.) con unas vistas panorámicas espectaculares, con el valle del Lozoya a tu izquierda y la Pedriza y el embalse de Santillana a tu derecha, lo que aprovechamos para sacar la GoPro y hacer unas tomas. Aquí pongo los vídeos de Jorge de este tramo, vaya gustazo! 🙂


Al llegar a la Najarra (km 15) está Juanito esperando para hacernos unas fotos, como buena maruja del trailrunning nos cuenta el paquete de minutos que nos han metido nuestros precedentes, y sin más demora nos bajamos al trote hacia Morcuera, que tenemos el primer avituallamiento allí esperando. Un poco después, hacemos la primera parada técnica, como estamos bastante frescos paramos poco tiempo, sólo beber un par de vasos de CocaCola, rellenar bidones de agua y prepararnos para salir en dirección a Rascafría. Mi tocayo se retira a sus aposentos, que necesita dormir, así que con un abrazo de oso le damos las gracias por la compañía y los servicios prestados, es un crack!

Con Jorge en Morcuera, frescos como una lechuga del día
Con Jorge en Morcuera, frescos como una lechuga del día

Al comienzo de la bajada aprovechamos para hincarle el diente a los bocatas que nos hemos traído de casa mientras vamos andando, y un poco más adelante ya nos ponemos a correr tranquilamente, disfrutando del paisaje y de que todavía no pega demasiado el sol. Así que vamos bajando con los kilómetros cantando cada poco en el reloj cuando de repente tropiezo y salgo volando para adelante, Jorge intenta echarme el guante, pero me hago una arrastrada maja y me raspo el codo y las rodillas (aparte de mancharme todo el modelito blanco que llevaba). Pelillos a la mar, lavado con agua y al trote hasta el avituallamiento. El último tramo hasta Rascafría, donde se apeará Jorge, lo hacemos andando por el camino, aunque imagino que Jorge lo haría al trote tan ricamente, a él no le quedan 60k por delante… je je je

En fin, que llegamos al polideportivo (km 32), y vemos que este año el espacio se ha quedado reducido a una zona de pradera junto a la piscina, en la que entramos por un pasillo y nos hacen el control de material. Allí en una mesa nos piden el cortavientos, frontal, manta térmica… todo OK, pero lo curioso es que un pollo (no sé su nombre, sorry), al abrir la mochila dice que no lleva cortavientos ni impermeable, que con el día tan bueno que hace, con la camiseta que lleva le sobra y basta. ¿WTF? Pero lo mejor de todo es que tampoco vi que le dijeran «hasta aquí ha llegado tu carrera»… Luego pasa lo que pasa.

Tras beber un poco de coca-cola y comer algo de jamón y queso en el avituallamiento, me acerco al botiquín y una chica muy simpática me hace una cura en los rasponazos y me pone un srpay con una película antiséptica para ir tirando, con lo que ya estoy recauchutado para lo que viene después. Relleno bidones y me despido de Jorge, que se vuelve en el bus a Navacerrada, buen entreno que se ha marcado, y mejor compañía para mí. Antes de salir veo a Rafa «Caprus», que ha estado de escoba del GTP y se retira allí, buen tute se ha dado. También está Jose Luis Galán (AKA «chanclas»), que viene con sus huaraches y está haciendo el «mantenimiento de pies del km 32″…

Avitualllamiento de Rascafría, chiringuito playero total
Avitualllamiento de Rascafría, chiringuito playero total

Son ya más de las 11:30 de la mañana y salgo hacia el Reventón con el sol bien en lo alto y picando. Como ya es la tercera vez que hago este camino, sigo la estrategia de «sin prisa pero sin pausa», hay que coger buen ritmo y reservar para el cresterío, así que voy bebiendo bastante y a mitad de subida saco otro bocata y recargo energías. Antes de llegar al avituallamiento de repente aparece Jorge Gómez, mi brother de RdB, que había estado de voluntario en Rascafría y había subido a acompañar a Juanlu. En ese momento también está Buru, al que conocía por referencias de Celina, y con el que no había tratado en persona, así que aprovechamos desde ese punto para subir charlando hasta el avituallamiento del Reventón (km 41 de mi GPS). Cuando llegamos recargo de nuevo agua, ya hasta la bajada a la Granja no hay más puntos de agua y si pega el sol el cordal de Peñalara se puede hacer bastante largo.

Salgo sólo hacia el puerto, que está como a 1 km desde el avituallamiento, y cuando «corono» empieza a soplar bastante aire y aparecer nubes, cosa que por un lado agradeces, pero por otra parte empiezo a pensar que igual tenemos tormenta, fenómeno habitual en esta zona y fechas. Aunque tenía la sensación de que iba bastante retrasado respecto al pelotón general, puesto que no me he cruzado con mucha gente, ya en la subida empiezo a adelantar a algunos rezagados del GTP, que llevan como 25 km más en las piernas, aunque han salido 7 horas y pico antes.

Una vez fichado en el control del Reventón, empieza el cresteo hacia Peñalara, que se hace largo en condiciones normales de «desconocimiento», pero que como ya sabía de qué iba el asunto, me tomo con tranquilidad, trotando en las zonas de bajadas y manteniendo buen ritmo en las subidas. En este tramo mi balance es «positivo», o sea que adelanto bastante más gente de la que me adelanta, lo que siempre reconforta, todo ello con buenas sensaciones quitando algunos tirones en los tibiales anteriores.

20140703-TP80_laguna-Pajaros

En la zona de la laguna de los Pájaros no puedo por menos de parar a hacer unas fotos y disfrutar de la panorámica (además de que mis piernas lo agradecieron), el panorama con la gente subiendo a coger la cresta hacia Claveles es impresionante, y mentalmente voy haciendo el recorrido hasta la cima, intentando adivinar cómo van a responder las piernas en esa zona tan «rompepiernas» (valga la redundancia). Sorprendentemente cojo mi ritmo «sin prisas pero sin pausas» y pim-pam-pum estoy arriba sin ningún momento especialmente heroico, salvo el fresquito que voy sintiendo y que va incrementándose con la altura y la velocidad del viento. Ya con ganas de hacer el «check-in» en Peñalara, aprovecho la cresta de Claveles para adelantar a unos cuantos excursionistas que se van arrastrando casi a cuatro manos por las rocas, mientras que yo me siento bastante seguro (debe ser porque este año iba con zapas «seminuevas») y me ventilo el tramo sin parar a pensar.

Camino a Peñalara, antes de desfallecer la GoPro
Camino a Peñalara, antes de desfallecer la GoPro

Ya en la zona final de subida, saco la GoPro para inmortalizar el momento, y decide que me deja 5 segundos de batería y después se apaga… ¡vamos bien! En la cima, el gran Dani Casaus está repartiendo abrazos de oso a diestro y siniestro (¡gracias Dani!), y allí van indicando la dirección a tomar para los que van en el TP60 (hacia Cotos), y al resto, que nos queda un trecho más largo, la ruta hacia La Granja. Este año el recorrido de bajada, sobre todo en la primera parte se me hace mucho más cómodo que en años precedentes, aunque si tienes los pies un poco tocados, con tanta piedra verás las estrellas (aún de día). Al llegar la parte más empinada de la bajada, me junto con un grupo que van haciendo coñas sobre si les darán el premio a los últimos del GTP, así que montamos un trenecito y para abajo (en mi fuero interno pienso que si resbalo las posibilidades de caer en blandito sobre uno de los precedentes es mayor… je je). Sin parar hasta la zona de llaneo previo al chozo, donde se separa el grupo en función de las necesidades fisiológicas a atender cada uno.

Este año, al llegar a este punto tengo agua de sobra, se nota bastante que con las nubes la deshidratación es mucho menor, así que una vez que empieza el camino combinado de sendero/pista de bajada hacia la Granja voy saltando entre algunos grupos de corredores, con bastantes buenas sensaciones en las piernas aunque ya se nota el esfuerzo acumulado.

Llegando a la Granja. Foto de http://racephotos.es/
Llegando a la Granja. Foto de http://racephotos.es/

Una vez que se llega al muro que rodea La Granja, mi estómago me recuerda que un poco más adelante ponen pasta y coca cola, así que en grupo vamos entrando en el pueblo, siendo aclamados (inmerecidamente), por los vecinos que se han congregado a echar la tarde viendo «la tarde de los muertos vivientes» 🙂  Son las 17:15 más o menos, y aunque tengo que esperar unos minutos a que traigan refuerzos de la ensalada de pasta, una vez que aparece la fuente con el «manjar» me sirven un plato que devoro sin dejar ni un hilo de zanahoria (lo juro por Snoopy). Aprovecho para acicalarme un poco, vaciar las zapatillas de tierra y piedrecillas (recordad que estamos en un Parque Nacional 🙂 ), y recargar las reservas de agua, y enviar unos cuantos mensajes de «todo OK» a la familia, y sin mucha demora prosigo el camino, al principio con un poco de «andares Chiquitorl»), hasta que los músculos se vuelven a calentar.

La salida de la Granja no está demasiado bien balizada, aun así logro encontrar el camino y el pequeño desvío que han montado este año hasta enlazar con la ruta habitual de remontada del río Eresma. En una zona de bajada me pongo a trotar y adelanto a dos corredores, cosa que no debieron tomarse muy bien, porque un poco más adelante, ya en la subida por el margen derecho del río, me vuelven a adelantar… cosa que me trae al pairo, cada uno a su ritmo y ya veremos cómo llegamos a meta, je je je

Cojo un paso más o menos rápido, a eso de 10’/km, y lo mantengo hasta la llegada al control/avituallamiento de Casa de la Pesca, con un cielo que se está nublando por momentos, lo que tiene su lado bueno de que la temperatura es bastante agradable y no se pasa calor. En el control paro apenas dos o tres minutos, dado que casi no queda nada de comer, aunque sí que tienen geles. Sólo pienso en que queda el tramo de la subida a Fuenfría y su cuestorro infernal, así que me pongo en faena por lo que pueda venir.

Al llegar a la zona empinada me junto con un par de corredores que no conocían «in situ» el cuestorro, así que en base a mis recuerdos les voy animando y diciendo «ya falta poco!», y así, con un par de charlas cruzadas sobre el «#&%&% que puso esta cuesta veo a lo lejos ya el control de la Fuenfría. La verdad es que he sufrido menos de lo esperado, y en el último tramo doy un apretón y dejo a mis acompañantes atrás (no me lo creo ni yo) 😉 Control, un poco de agua fresquita en la fuente y sin parar a coger el camino de los Cospes, enlazar con el Schmidt y hacia el Puerto de Navacerrada. Como conozco el camino, voy bastante rápido ya que la noche se acerca y sopla un airecillo bastante «frejquete», y mientras el sol se oculta tras las montañas por el oeste, el cielo se pone de color naranja amoratado ¡una pasada!. Voy corriendo en las zonas de llano-bajada y adelanto a algún corredor despistado, las sensaciones en las piernas son buenas, a pesar del cansancio. Antes de llegar ya a la zona del telesilla, veo que hay un grupo de tres personas paradas en la cuneta del camino, y veo que uno de ellos ha tenido un tropiezo y tiene la nariz rota y un dedo «tocado», (luego me entero de que era Halfon, ya decía yo que me sonaba la cara) (aquí cuenta su carrera). Después de preguntar me comentan que ya han avisado a la asistencia, así que marcho con otro corredor que se había parado a ayudar y cuando llegamos a la carretera justo acaba de aparecer la ambulancia que iba a asistirle.

Bajamos hacia el control del Puerto, y el avituallamiento se ha refugiado en el parking de la Venta Arias. Como ya se ha hecho de noche y hace una rasca que pela, aprovecho para sacar el cortavientos, el buff y el frontal, me abrigo, bebo un poco y salgo sin parar hacia el último tramo del camino. Nada más salir y cruzar la carretera empieza a llover y siento una bajada de temperatura brutal. Con un grupo que va subiendo hacia el Emburriadero me junto y en el tramo de subida se me quedan heladas las manos, menos mal que con los guantes de los bastones por lo menos no tengo que hacer fuerza para agarrarlos.

Hacemos grupeto, ya que hay algunos que no conocen demasiado bien el camino, y no está la noche para perderse, así que en pelotón llegamos hasta el collado del Emburriadero y sin parar empiezo la bajada, y se me junta un corredor que me comenta que no lleva gafas y con su frontal no ve demasiado bien, así que me pregunta si puede ir por detrás, ¡vaya pregunta!, «¡pues hombre, claro!» le contesto. Como me encuentro muy bien de piernas intento ir rápido, también con idea de poder entrar en calor tras el paso por «la nevera», aunque con las gotas de lluvia las piedra están un poco deslizantes, pero ya no importa nada, sólo quiero llegar y descansar. Según vamos bajando amaina el temporal y vamos cogiendo grupos de corredores, algunos de los cuales dejan pasar, mientras que otros parece que les molesta que les adelantes, como si fueran a perder el podio, en fin…

Una vez que llegamos a la pista se «deshace» la alianza y empezamos a trotar para abajo, vaya diferencia con el año 2012, que en esta zona no tenía ninguna gana de dejar de andar, y eso que era el TP60. Con buenas sensaciones pongo el piloto automático y sólo paro un momento para el control situado en la valla de acceso a la Barranca, a partir de ahí me dedico a ir cazando gente que va andando, y descontando mentalmente los kilómetros que quedan hasta meta. El reloj sigue pitando los kilómetros y veo alguno por debajo de 6′, ¡releches!. Únicamente disminuyo el ritmo en una cuesta que hay antes de llegar a la rotonda de entrada a Navacerrada, y una vez cruzada la carretera, otra vez sigo trotando ya por el casco urbano. En ese momento me pasa un corredor con unos amigos que le están acompañando, y aunque tenía fuerzas para haberle dado cera, prefiero relajar para colocarme bien la ropa y el dorsal para la foto de meta 🙂

Al dar la última curva de repente me encuentro con el pelotón bandoleiro, Jorge y Juanito con su familia que han estado esperando mi llegada para darme una sorpresa, y como estaban siguiendo el SPOT me tenían localizado, ja ja, ¡vaya recibimiento!

Llegada a meta. Pantallazo del vídeo de Jorge
Llegada a meta. Pantallazo del vídeo de Jorge

Me paro a saludar, pero me dicen, ¡venga, venga, ya no pares! (o algo así), con lo que enfilo el pasillo y llego al arco de meta tras 17 horas, 35 minutos y 4 segundos según el tiempo oficial (yo, con la emoción, olvidé de parar el reloj hasta unos minutos después, ¡bien!). Unos abrazos para ellos y besos para ellas, me siento como en una nube, son las 12 de la noche y allí estamos (bastante cansados, es verdad) tras terminar lo que según mi GPS han sido 92k de carrera y más de 7000 metros de desnivel acumulado.

Foto oficial de RacePhotos
Foto oficial de RacePhotos

En la zona de meta también está Mapi y Juanlu, que ha llegado un buen rato antes,  y que me regala la siguiente foto 🙂

Llegada a meta. Foto de Mapi (thx guapetona!)
Llegada a meta. Foto de Mapi (thx guapetona!)

Después de las fotos de rigor, ya sólo quedaba recoger la medalla, la camiseta de finisher, y grabar la medalla con el tiempo oficial, cosa que hice mientras el cansancio empezaba a acumularse, así que me tomé una coca cola a ver si aguantaba la parte más dura del día, que iba a ser el regreso a casa en coche.

Medalla finisher
Medalla finisher

Llegar a casa y despegarme el cortavientos de la herida del codo fue… ¡auuuuu, argggg! El agua de la ducha corría como el chocolate, dejé el montón de ropa «alejos la cama», y a eso de las 2 de la mañana todo eran «ZZzzzzZZZZzzzz».

¡Fin!

Material y otras chorradicas

La verdad es que el material que usé es el mismo de siempre, creo que así lo más nuevo que llevé fueron las zapatillas (previamente curtidas en algunos entrenos), las Cascadia 8, con las que me sentí muy cómodo y noté mejor agarre en las bajadas que con la versión anterior. Al final el material ayuda, pero lo importante es el coco y las piernas, y sobre todo, disfrutar con lo que estás haciendo (aviso para navegantes, je je)

Comentar también que probé «de verdad» el SPOT, y aquí se ve el registro de datos que iba publicando, con algunas zonas sin datos, principalmente cuando atravesaba zonas arboladas (problema de recepción de la señal de GPS y satélites en general).

Seguimiento del SPOT en la carrera
Seguimiento del SPOT en la carrera

Datos de carrera

Aquí los datos del Garmin (310xt, ya un poco «viejuno»)

El perfil del track procesado por Perfils (estupenda aplicación)

Perfil TP80... de 92k
Perfil TP80… de 92k

Agradecimientos

Como siempre, dar las gracias a todos los que me habéis animado, y en especial al equipo bandoleiro, cuya compañía disfruto mucho y me sirven de motivación (unos más que otros, que todo hay que decirlo, ja ja ja), la recepción en Navacerrada a la llegada fue IMPAGABLE y la recordaré siempre :-*

Gracias también a la familia que me soporta y a todos los compañeros con los que he cruzado charlas, comentarios, consejos y entrenamientos, sois MUY GRANDES! (más besitos y abrazos… muack muack)

Bonus: como he tardado tanto en terminar el post, ya está el vídeo, je je je

 

Hay vida después del maratón. Actividad y nuevos retos

Llevo unas semanas con la tecla caída después de la que os metí con la Maratona di Roma (espero que hayáis visto los vídeos y demás, que vaya tela para montar todo  🙂 ). Temas laborales, familiares, o mejor dicho, que no encontré el momento adecuado para ponerme a escribir un rato y manteneros al día, pero bueno, como agua pasada no mueve molino, corramos un estúpido velo y a recuperar el tiempo perdido.

Como se ve en el lateral del blog, (hasta que lo borre), el próximo #pastelako es el Trail de Peñalara en su versión de «sólo» 80 k, (aunque a mí me salen más, ya veremos), que aunque no voy de «novato» porque lo hice el año pasado, han cambiado una parte del recorrido y la salida, así que en cierto sentido habrá cambios. Personalmente lo de salir de madrugada no sé si será mejor o peor, pero ya se vaticina una chicharrera de subida a Peñalara que más de uno ya está cargando botijos por lo que pueda pasar.

Dos semanas después de Roma corrí la Media de Madrid, aunque esperaba aprovechar el efecto de supercompensación, la verdad es que no había recuperado bien, así que tuve el momento «superbajón» y a partir del km 15 tuve mi propio viacrucis, así que levanté el pié y sufrí lo justo para llegar a meta con una buena sonrisa en la cara.

Niebla antes de la MM Madrid
Niebla antes de la MM Madrid

Este año no corrí el Mapoma, pero tampoco estuve parado, ya que nos habíamos apuntado a la marcha «Cruzapedriza«, así, en plan no competitivo (vamos, que si quedas el último no te lo rebozan como en otras carreras  😛 ), y allá que nos fuimos el sábado 26 de abril a echar la mañana, momento en el que aprovechó la señora meteorología para soltarnos una buena chupa de agua. A modo de resumen os adjunto la «pinícula» que grabé del evento.

Como con los 25k que nos marcamos a troticochi no me quedé contento, por la noche me puse un rato el compex en las piernas, para poder salir el domingo y correr un rato (lo que las piernas aguantaran). Así que el domingo me puse el despertador temprano, cogí los trastos en «autosuficiencia» y me bajé a Cibeles a ver lo que se terciaba. Casualmente, año que no me apunto a Mapoma y sale un día estupendo para correr, aunque para algunos un poco caluroso. En la charla previa resulta que había dorsales a cascoporro (aparte de los fotocopiados, que eso es otra batalla), así que si me hubiera animado…. hubiera cascado fijo…

Igual que el día anterior, me dediqué a grabar mi «pinícula», en la que salen un montón de amigos, conocidos y sobre todo muchos desconocidos  😆

Espero ir recuperando poco a poco la soltura con las teclas y subir contenido con algo más de regularidad (volver al «post semanal»), porque si no se me aturullan las ideas y me dejo muchas cosas en el tintero (con el mismo nulo interés para mucha gente, pero bueno, eso es otro tema).

Joer, ya se me olvidaba poneros otro vídeo más de un domingo por la Casa de Campo, dando una vuelta con mi tocayo (@jonteller) y Carlos (@fisioteko) , así como el de Formentera, isla en la que estuve en un fugaz viaje de trabajo, pero que he dejado marcada en la «wishlist» para repetir en plan tranquilo.

No se me despisten, que pronto habrá más 🙂 

Maratona di Roma 2014. La crónica

Bueno, pues después de daros la brasa durante varios meses, el evento ya acabó, así que una vez recogidos los trastos y retornados al calor del hogar (recogidito, que diría mi suegra), toca intentar sintetizar en unas líneas lo que ha sido el viaje a Roma, dentro del cual me di un paseo de unos 42 kilómetros (42.195 metros contados, para ser más precisos). Vamos a ello…

Viernes 21. Arrivando que es gerundio

La jornada arranca a las 3 de la mañana, ya que haciendo la cuenta regresiva respecto a la salida del avión, pues toca madrugón y lo que sea. Ducha, vestirse, decir adiós a los durmientes y para el aeropuerto. Cabe decir que ese día «estrené» yo el hilo de Whatsapp de los viajeros que íbamos a Roma (Santi & family llegaron el jueves). Para ir calentando me toca la puerta de embarque en la otra punta del terminal, empezamos bien. Luego viene la parte de la lata de sardinas…

No sé para qué ponen cinturones de seguridad, si es imposible moverse
No sé para qué ponen cinturones de seguridad, si es imposible moverse

Idea para la UE: ¿no pensáis sacar una directiva con dimensiones mínimas humanamente habitables para aviones? Es que el resto de los mortales no vamos en preferente (habitualmente)

El vuelo sin complicaciones, y con estas que llego a Fiumicino, cojo el tren, y para Roma sin demora. Como el hotel lo tenía más o menos localizado, según salgo de la estación voy directo, «disfrutando» del pavimento de las ¿aceras? romanas con la trolley. Dado que la hora del check-in es más tarde, dejo la maleta y me voy a la feria del corredor (paseo de vuelta a Termini, recorrido que haré unas 10-12 veces en los días siguientes). Cojo el bono diario de metro-bus (6€), y gracias a que había revisado el recorrido Metro-Feria, voy directo sin dar rodeos (y eso que es la primera vez que voy, no como Santi… jem jem).

En la puerta de la feria
En la puerta de la feria

Hago el paseillo por la alfombra roja, y no hay más que seguir el guiaburros (o senda IKEA) que han montado en la feria para poder recoger el dorsal, la bolsa del corredor (unboxing en el vídeo), y darse una vuelta por los diferentes stands que hay montados, que recuerdan un poco a la calle Fuencarral por lo del asalto de los vendedores (en este caso de otros maratones). A partir del segundo ya cojo la táctica del lenguaje universal de «no hay pasta para tanto maratón», y salgo pitando de allí. En la zona más amplia hay stands de las principales marcas (NB, Brooks, Asics…), pero con precios «populares», así que «se mira pero no se toca», aunque las zapatillas y camisetas oficiales molan mucho, sólo son aptas para japoneses.

Haciendo el ganso, que para eso hemos venido
Haciendo el ganso, que para eso hemos venido

Ya casi saliendo me encuentro con Gerardo, que a última hora ve el SMS (sí, todavía existen) que le he enviado, y que se pira rápidamente hasta el día siguiente con un amigo que le aloja. En la salida de la feria han puesto un pedazo de mural con los nombres de los participantes, así que el entretenimiento es recorrer los 15 metros de lona a ver si te encuentras por ahí…

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Con la cartera todavía intacta cojo el metro de vuelta hacia Termini, que he quedado con Santi&family para comer, a ver qué se cuentan de la ciudad. Me llevan a un sitio tradicional con el dueño más comercial de la zona (vamos, un RRPP en condiciones), y pruebo los primeros spaguetti amatriciana del viaje, al dente como les gusta por aquí. Todo ello bien regado por una cerveza ¡de 66cl!.

Pizzeria Andrea
Pizzeria Andrea

Después de comer tomo posesión de la habitación del hotel, 3 camas para mí solito, así que deshago el escueto equipaje y me tumbo a descansar, que hay que recuperar un poco las piernas. Un poco más tarde, nos volvemos a reunir para dar una vuelta por la zona del Circus Maximus, subiendo hacia el ponte Palatino y el entorno del Campo dei Fiori, callejeando y descubriendo parte del recorrido de la maratón. Después de echar unas risas y unas fotos en la Fontana di Trevi hacemos escala técnica en otra Trattoria (de wifi en wifi, como el juego de la oca pero en moderno), y probamos una pizza de patata que nos sabe a gloria.

En la plaza Bocca della Verità
En la plaza Bocca della Verità
Fontana di Trevi, en compañía de las hordas de turistas
Fontana di Trevi, en compañía de las hordas de turistas

Logramos contactar con Pepe (aka el Lodosano Maratoniano), y nos vamos a cenar unas pizzas (para variar), también cerca de la estación de Termini, que se ha convertido en el campo base de las quedadas. El sitio la verdad es que no vale mucho, pero tiene ambiente y se ven varios grupos de maratonianos haciendo carga de hidratos adecuadamente (nosotros por vía sólida y líquida…). Tras un sube y baja de mesas (nos querían meter en la sala «vivan los novios»), cenamos pizzas, ensaladas y cazamos algún pollo (debían estar por ahí campeando, por lo que tardaron… jem). En fin, nos despedimos y al hotel, que al día siguiente tenemos paseo.

Sábado 22. Visitando +

El sábado madrugo «relativamente», ya que hemos quedado a las 8:30 para hacer la visita al Museo Vaticano (o a los museos, que son un puñado). El posible «exceso» de carga de hidratos del día anterior me pasa factura, así que desayuno regular y salgo zumbando, que hemos quedado de nuevo en Termini con Pepe y Santi para coger el metro. Cuando salimos en el metro «Ottaviano-San Pietro» ya se adivinan las oleadas de turistas con ideas parecidas a las nuestras, y a esas horas la cola para coger las entradas al museo ya es considerable, como también la de guías, pseudoguías y demás personajes que pululan en las zonas de turisteo a ver si cazan algo. Con nuestras entradas sacadas previamente vamos directos al acceso, y «voilá», estamos dentro en un santiamén. Mentalmente hago cuentas… ¡ostrás qué pastizal!, no me imagino la caja diaria que pueden hacer con todos esos visitantes, que son como una marea.

Una vez dentro vamos visitando las salas, siguiendo el recorrido «largo», hay que amortizar los 20€ de la entrada como sea. A mitad de camino hacemos una parada técnica de avituallamiento, en contra de lo que podía parecer, el café y la bollería son mucho más económicos que en sitios similares de por aquí. Junto con el ibuprofeno que me tomo «a pelo», me quedo como nuevo y listo para la visita de la capilla Sixtina, que es la joya del Vaticano. Como no se puede molestar con las fotos y tampoco hablar, apago todas las luces de la cámara y nos marcamos un selfie bien artístico  :mrgreen:

Selfie en la Capilla Sixtina
Selfie en la Capilla Sixtina

Después de la capilla queda el resto de museos, la pinacoteca, etc etc… que cada uno darían casi para una visita, es impresionante lo que hay aquí atesorado. Después de 3 horas de paseo, salimos fuera y vamos a ver la Plaza de San Pedro, por donde pasaremos al día siguiente en la carrera. La cola que hay para entrar dentro de la basílica nos desmotiva para entrar, no así para hacernos unas fotos de recuerdo, antes de tomar rumbo hacia el punto en el que hemos quedado después con el resto de la expedición.

La foto clásica de la plaza de San Pedro
La foto clásica de la plaza de San Pedro

Después de dar una vuelta, cruzar el puente de Sant’Angelo y posar delante del castillo del mismo nombre, localizamos otra Trattoria que tiene buena pinta (con wifi, claro), y nos reunimos allí para comer con casi toda la expedición (Alberto y Jen están en su maratona cultural particular  😉 ), la cosa se lía, se lía… y para no dar más detalles, sólo una imagen… je je je. Lo mejor fue las risas con la ensalada de Pepe, que tras leer las 12 que venían en la carta va el tío y se pide una «ensalada César» (que lógicamente no aparecía), y el descojone hasta que al final el camarero decide que le pone una ensalada verde y le echa una pechuga de pollo encima… y arreando que es gerundio.

Se nos va de las manos...
Se nos va de las manos…

Volvemos a nuestros aposentos a descansar un poco y hacer la concentración previa a la carrera, ahora ya se viene Gerardo al hotel, y echamos un par de horas (o tres) charlando, leyendo y comentando por las diferentes redes sociales, además de repasar el circuito de la carrera intentando visualizar el recorrido y el perfil de cara a no encontrar sorpresas después. Con la charla el tiempo pasa volando, y quedamos finalmente en nuestro meeting point habitual (el McDonalds de Termini), donde hacen también acto de presencia Alberto y Jen, que ya los echábamos de menos. Decidimos ir a cenar al Andrea’s, que pilla cerca, así que tras una pequeña espera nos aposentan en medio del comedor, y cuando traen los aperitivos (el aceite con guindilla «ándale ándale» y una sobreasada de impresión), nos ponemos mano a la obra como si no fuéramos a correr una carrera al día siguiente…

El pelotón esperando hambriento
El pelotón esperando hambriento

Yo me decido por unos canelones, y cuando me los traen… ¡mmmmm! una cosa deliciosa, con pasta casera, un relleno de carne delicioso, y una salsa de tomate (pomodoro, perdón), de traca… sencillos pero espectaculares. Aquí os dejo el documento gráfico

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Para liquidar la faena, no habiendo escarmentado de la comida, nueva ronda de limoncello, del que únicamente hago una degustación, no vayamos a tentar la suerte… Organizamos los horarios de quedada para el domingo, poniendo como punto de reunión nuestro hotel y cada mochuelo se retira a su olivo, ya con la cuenta atrás en la cabeza… tic tac!

Ya en el hotel, Gerardo y yo preparamos todos los bártulos, decidiendo qué llevar, dorsaleando la camiseta e intentando no olvidar nada para la carrera que llevamos preparando cuatro meses. A eso de las 12 de la noche ya estamos en el sobre, con el despertador a las 6:50. ¡Zzzzzzz!

Todo listo para mañana
Todo listo para mañana

Domingo 23. #elpastelaco llegó

Un buen rato antes de que suene el despertador ya estamos activos, Gerardo no ha pasado buena noche y va y viene a la máquina del té a ver si se le asienta el estómago. Yo por mi parte me encuentro bien y más o menos tranquilo. Ducha, café, galletas y a vestirse y recoger un poco la habitación. A las 7:30 se presentan Santi y Pepe con las maletas (ellos dejan sus hoteles, mientras que yo me quedo hasta el lunes), y al poco también llegan Alberto y Jen, el conserje del hotel empieza a pensar que en la 101 pasa algo raro… En el hotel hay otras habitaciones ocupadas por corredores, así que el trasiego de gente medio vestida que va a la máquina del café en continuo. Al salir a la calle, el tiempo no es muy apacible, con nubes y algo de viento, que no impiden que nos pongamos en ruta hacia el Coliseo con buen ánimo.

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Según nos vamos acercando, la marea de corredores aumenta, y por fin veo el Coliseo (para ser mi tercer día en Roma ya era hora), siguiendo la ley de Murphy hemos quedado justo al lado contrario de la zona por la que se entra al recinto de la carrera, pero bueno, así calentamos un poco (más).

El equipo de maratonianos
El equipo de maratonianos. Servidor, Santi, Gerardo (un poco mustio), AlberTirantes y Pepe

Nos despedimos de Jen al pasar la valla de entrada, y a partir de aquí nos dividimos en dos grupos, Pepe, Alberto y Gerardo van al cajón B, y yo me quedo con Santi, mientras buscamos el camión para dejar la mochila, que al final resulta ser el primero de la fila (otro paseo de calentamiento más), en el que depositamos las pertenencias la élite y nosotros. Aquí ya han caído unas cuantas gotas de agua, y las nubes que circulan a toda pastilla por el cielo no auguran nada bueno. Nos metemos en el pasillo que tenemos asignado (una pasada la organización y el control, al menos 4-5 personas verificaron que llevábamos el dorsal adecuado antes de entrar en nuestra zona). Quedan como 15 minutos para la salida y empieza a caer un chaparrón de los de verdad (ale, segunda ducha del día). El reportero dicharachero y la música deja de oirse, y al rato avisan de que se retrasa un poco la salida porque se habían quedado sin electricidad.

El corazón empieza a latir más rápido y de repente estamos haciendo la cuenta atrás… 3, 2, 1 y allá vamos! Nos deseamos suerte y pasamos por el arco de salida, como es normal, al principio vamos mirando un poco al suelo para sortear bolsas de basura, ropa y los agujeros con un palmo de agua que hay, a ver si vamos a empezar con una galleta en plan Seb Chaigneau y UTMB 2012…

Allá vamos!
Allá vamos!

En cuanto llegamos al km 1 Santi ya tiene la primera incontinencia, así que parada (ya se estropeó la media)… y seguimos corriendo. Vamos con la botella de isotónico en la mano, para poder ir hidratando tranquilamente y no depender de los primeros avituallamientos, que como todavía la gente va muy apelotonada, son los más complicados de la carrera. Me cuesta un poco mantener el ritmo de Santi, pero dado que la estrategia es mantener y llegar lo más entero posible a la segunda media y luego «ya veremos», le voy esperando y nos vamos alternando las paradas para cambiar aguas hasta más o menos el km 12. El recorrido de la carrera es muy llano y no tiene prácticamente ninguna cuesta, así que me encuentro muy descansado y voy charlando y disfrutando del «paseo», mientras voy grabando vídeos con la GoPro.

De paseo por Roma
De paseo por Roma

Los avituallamientos cada 5 km están bien surtidos, no tengo problema en coger agua/isotónico en cada uno de ellos, así que aprovecho para hidratarme bien, que luego ya sabemos lo que pasa con los que van con prisas y lo dejan todo para el final, cuando llega el señor del mazo. En el km 18 enfilamos la plaza de San Pedro y hacemos las pertinentes fotos, parando incluso para hacerle unas a una corredora que no atinaba ni a desbloquear el iPhone a la que le digo «¡tranqui que ya no creo que ganemos!» 😀

Llegando al Vaticano, corriendo sin mirar (peligro, peligro)
Llegando al Vaticano, corriendo sin mirar (peligro, peligro)
Otro selfie Vaticano
Otro selfie Vaticano

Pasado el km 19, ya fuera del recinto del Vaticano me despido de Santi, que va a un ritmo más lento, nos deseamos suerte y acelero para intentar coger un ritmo un poco más elevado. El paso por la media lo hago en 2:15:38, y ya voy todo el tiempo adelantando a gente. A partir del km 25 ya se ve bastante gente que va justa, y algunos andando… pufff!. Cojo un ritmo en torno a 5:30, aunque en los avituallamientos cada 5 km paro a beber y tomar los geles que llevo (km 25 y 35), que tampoco se me ha perdido nada. En el km 28 viene el primer repecho, que subo sin problemas, y luego ya en el km 35 se pasa por un túnel, a cuya salida está el avituallamiento, y empieza a llover de nuevo cuando llegamos a la zona de adoquines, y pasamos la piazza Navona bajo la lluvia, mientras la gente aposentada en las mesas de los restaurantes anima.

El paso por el centro de la ciudad está completamente vallado, en algunas zonas parece un poco «walking dead», pero sigo avanzando sin parar, ya descontando los km del último 10.000 como se deshoja la margarita, sólo noto un «poco» cargados los cuádriceps, pero por lo demás ninguna molestia, da gusto correr así 😉

Adelantando cadáveres en el km 40
Adelantando cadáveres en el km 40

Ya sólo queda el último repecho al llegar al km 41, el avituallamiento está un poco antes en el túnel, y aprovecho para beber un poco y andar unos metros, aunque en seguida retomo el paso, y a por el último km. A esta altura de la carrera me acuerdo de los adoquines y la madre que los parió, pero bueno, no vamos a torcer el gesto para la foto y el vídeo de meta. Cuando quedan como 50 metros de repente viene uno a 4’/km y me da una lijada que pienso «¡ya podías haber dosificado mejor, macho!» ja ja ja. Bueno, el tema es que después de dar gracias a todos por haberme permitido llegar hasta aquí (y en especial a mis piernas, que son las que se han comido #elpastelaco), resulta que he hecho la segunda media en 2:04:58, con lo que sumando tenemos el tiempo final oficial… 4:20:36! Que no es para tirar cohetes, pero QUÉ BIEN ME LO HE PASADO!  😆

Entrando a meta
Entrando a meta

El «servicio» a partir de aquí es impecable, unas chicas muy monas te ponen la medalla, otras te dan una manta térmica y a continuación el avituallamiento con una bolsa que te puedes colgar con agua, isotónico, fruta… vamos, una gozada. Sigo andando hasta el camión, y en cosa de 15″ me han dado la mochila. Impresionante.

Otra medalla a la saca
Otra medalla a la saca

Me cambio la camiseta para no quedarme frío y me quedo esperando a Santi, ya que tengo su ropa en la mochila, en esos momentos el tiempo va alternando entre nubes, sol y amagos de lluvia. Unos 45 minutos después aparece con su medalla ¡bien!, y viendo el cariz que van tomando las nubes enfilamos hacia la salida de la zona de corredores. A medio camino se abre el cielo y cae la del pulpo (again).

La foto-finish con el Coliseo al fondo
La foto-finish con el Coliseo al fondo

Todo el camino de vuelta al hotel lo hacemos bajo la lluvia, con lo que cuando finalmente llegamos estamos como sopas desde la cabeza hasta los pies, así que subimos a la habitación, por la que han pasado Pepe y Gerardo, que se han duchado, cogido sus trastos y abandonado, con lo que el del hotel seguro que se pensaba que allí teníamos montado un negocio de «camas calientes» para corredores… no sé yo… El tema es que me encuentro en la mesa de la habitación con botellas de agua, Gatorade, galletas, fruta, bizcocho… todo lo que les sobraba me lo han dejado allí (cosas de Ryanair y su «low cost»).

Bueno, el tema es que se ducha Santi mientras voy recogiendo cosas, y cuando me meto en la ducha llegan Elena y Jorge, que han ido a comer por allí cerca. De repente, debajo de un folleto descubro un DNI… de Pepe! Ya me veo con compañía esa noche cuando llegue a la puerta de embarque del avión y le pidan la documentación… Intentamos contactar con él pero no da señales de vida, uy uy uy… Total que como Santi&family tienen que irse hacia la estación, decidimos comer allí y les acompaño, con el DNI de Pepe en el bolsillo para ver si aparece en algún momento (yo en mi fuero interno me veía de camino a Ciampino…). Finalmente nos llama cuando quedan 3 minutos para que salga su bus al aeropuerto y se pega una carrera para recoger el DNI y poder llegar a tiempo al embarque, cosa que finalmente logra… ufff!  😀

Después de comer despido a la familia Caminero-Canales, que también parte para los madriles, así que me vuelvo dando un paseo (y van… ) al hotel y me echo un rato a descansar, con la medalla puesta, claro. A partir de aquí ya es «aventura personal», salgo a cenar cerca del hotel y descubro que teníamos la heladería más antigua de Roma a 5 minutos a pata, así que no pierdo la ocasión y allá que me voy a tomar un tiramisú… MMMmmmMMMMMM…

Palazzo del Freddo
Palazzo del Freddo

Entre medias del paseo seguían cayendo chubascos cada cierto tiempo, y finalmente llegué entero al hotel, donde me metí un sueño reparador, no sin antes haber chequeado que todo el mundo hubiera llegado sano y salvo a casa.

Conclusión: cuarto maratón finiquitado con todo en su sitio 🙂

Lunes 24. Roma a mi bola

Me desperté relativamente pronto, a eso de las 7:30 ya estaba en la ducha y recogiendo las cosas, un poco tieso de piernas pero sin ninguna molestia en especial. Recogí los trastos del hotel, desayuné y bajé la maleta a recepción, ya que el avión lo tenía por la noche y quería aprovechar el día para ver la ciudad a mi aire. Como no tenía ningún plan prefijado, decidí que lo mejor era irme «a lo lejos» y volver serpenteando, ya vería el ritmo que llevaba, así que cogí de nuevo el metro, esta vez bajando a la estación de Manzoni, que me quedaba más cerca del hotel, y fui hasta la del Vaticano.

Tampoco quiero enrollarme con más detalles, sólo comentar que entre pitos y flautas creo que me hice más de 10k a pata, que como estiramiento «post carrera» creo que no está mal, todo ello aderezado con numerosos chaparrones, con lo que iba de monumento en monumento aprovechando los aguaceros para refugiarme en la iglesia o atracción que me pillara más cerca.

Refugiado en el Panteón mientras cae un diluvio
Refugiado en el Panteón mientras cae un diluvio

Además, como tenía encargos familiares, la mochila se iba llenando con viandas, así que el «entreno de recuperación» acabó siendo un buen paseo fotográfico, del que ya subiré las fotos al Flickr.

Sale el sol en el Foro Imperiali. Un rato después se desploma el cielo sobre nuestras cabezas
Sale el sol en el Foro Imperiali. Un rato después se desploma el cielo sobre nuestras cabezas

Finalmente recojo las maletas en el hotel, vuelvo por última vez a la estación de Termini, tren al aeropuerto y vuelo «enlatado» a Madrid. En resumen, que me meto en la cama a eso de la 1:30 del martes… THE END!

Postdatas varias y referencias

Como mi crónica no ha sido la primera, aquí voy añadiendo las referencias por orden cronológico:

Los detalles de la carrera en el Garmin:

Enlace al vídeo oficial de carrera, primero sale un anuncio pero luego va enlazando las cámaras por los diferentes puntos de paso… AQUÍ.

Los tiempos oficiales de paso salen en la página web:

certificado-7080

Como se ve, a partir del k15 adelanté a más de 2.700 personas… je je je ¡hachazo!

En cuanto tenga el vídeo que hice con la GoPro lo enlazo aquí abajo. Si queréis estar al tanto, mirad mi canal de YouTube.

Otra para la galería
Otra para la galería

Nos vemos en Obstó! 😉

Actualización 01/04/2014. Ya están los vídeos subidos en este POST

Actividades semana 8 (Roma -27 días) y Media Maratón de Latina

Pues como quien no quiere la cosa, estamos a 4 semanas de que llegue el primer «gran» momento de la temporada, justo cuando se celebra la Maratón de Sevilla, a la que fueron muchos amigos. Viendo los previos y la emoción de la carrera, ya se me pone la piel de gallina sólo de pensarlo. Tal y como vengo haciendo desde que me abandonaron las molestias, he ido adaptando el plan de entreno en función de las sensaciones (y el tiempo disponible), más que nada para intentar llegar entero. Comparando con la semana pasada, he separado más los entrenos, acabando el domingo en la MM Latina, con lo que al final sumo 45 km esta semana.

Tiradas de las dos últimas semanas
Tiradas de las dos últimas semanas

Y el día a día:

  • MartesRoma 81/99. Día de series, calentamiento+10x(1’Z2+1’Z4)+enfriamiento. El GPS se lía y no deja de dar la brasa con los ritmos. Yo a lo mío y entreno completado OK 😉 Zapatillas: Merrell Bare Access 2
  • Viernes:  Roma 82/99. Series de 800m en el circuito del Canal. Calentamiento + 8x(800m en 3’45» + Z2 3’45»)+enfriamiento. Zapatillas: NB 1080v2
  • DomingoIX Media Maratón de Latina. Mi primera participación en esta media clásica madrileña. Salgo a buen ritmo, pero a partir del km 10 el entrenamiento del viernes pasa factura y tengo que apretar los dientes para no parar. Al final llego a meta bastante cansado, pero terminé, que no es poco. Zapatillas: Nike Lunarglide+ 2

El viernes, al grabar el entrenamiento en el reloj, se queda bloqueado y lo tengo que dejar hasta que se queda sin batería. El sábado, después de cargarlo de nuevo y encenderlo, aparece el entrenamiento, pero se vuelve a bloquear el reloj, así que me leo el post que hice sobre los posibles reseteos del reloj (aquí), y voy probando opciones que no funcionan, así que finalmente corto por lo sano y le hago el hard-restet.

Aprovecho el domingo para instalar el nuevo Garmin Express, que sustituye al Ant+ Agent, y vinculo el reloj sin problemas (apunto el actualizar el post con este tema).

IX Media Maratón de Latina

Dentro del calendario de carreras, una clásica en la preparación del Mapoma, que este año corría por primera vez. Después de la experiencia en Fuencarral de hace dos semanas, no me imaginaba que iba a sufrir tanto en una carrera que yo me imaginaba a priori «más fácil». Había abierto el evento como «posible» en el FB de los RdB, y de repente en los últimos días se apuntó bastante gente (casi todos los que no se habían ido a Sevilla u otra carrera ya comprometida). De esta guisa, llego a recoger el dorsal, dejo la bolsa en el ropero (todo muy rápido y bien organizado), y como hacía fresquete, me acerco al Lavinia a ver si alguno más se ha refugiado allí… ¡bingo!

Al rato nos encontramos también con Alber (el presi), Forres Juan, Jorge y Jesús, pero como queda poco y hay que coger sitio en la salida, al final nos hacemos las fotos «en diferido», ya haremos un montaje en «Fotochof» si eso 😆

Foto de Mapi
Foto de Mapi

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Tras las fotos de rigor nos vamos a nuestras posiciones, hablo con Jorge y como tenemos una idea parecida de ritmo, salimos juntos de palique en los primeros tramos de carrera, cuando se amontonan los corredores, y como nos hemos situado bastante atrás, no paramos de ir adelantando gente en estos primeros compases. A partir del km 7 la carrera se estira y Jorge aviva el ritmo, con lo que decido retener un poco y no quemar todos los cartuchos pronto. En este tramo estamos rodando entre 4:30 – 4:45, aunque al ser más o menos en bajada se lleva bien. Sin embargo de vez en cuando aparece alguna «tachuela» que va anticipando lo que vendrá. En la rampa de acceso a la Casa de Campo las piernas empiezan a quejarse, así que cuando llego al km 10 empiezo pensar que la vuelta va a ser «fina»… Cojo el vaso de isotónico en el avituallamiento y me lo bebo entero mientras voy andando, con el percal que me espera más vale ir hidratado. En el km 12 empieza «la vuelta» hasta «eldorado» de la meta, a partir de aquí la idea es ir descontando kilómetros hasta que se acaben, parece una tontería, pero a mi me ayuda mucho en estos casos el ir pensando «uno menos».

El perfil de la carrera... uff
El perfil de la carrera… uff

Un poco más adelante veo a Shin, que se multiplica en la carrera, aunque está de baja por lesión, no para de animar, saludar y hacer fotos ¡un recuerdo para tí! 🙂

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Foto cortesía de Shin 🙂

Como al final todo llega, consigo llegar al estadio sin parar aunque más de una vez estuve tentado, pero siempre pensaba «como te rajes ¿en Roma que vas a hacer en el km 30?»  Después de entrar en meta (fundido), cojo la bolsa con el avituallamiento y la camiseta de finisher, veo a Jorge que me está esperando y me tumbo en el césped, creo que es la primera carrera en la que necesito tomar aire un rato… ufff

Descansando en la hierba con la camiseta de la bolsa del corredor
Descansando en la hierba con la camiseta de la bolsa del corredor

La verdad es que ha quedado una mañana estupenda, así que no tengo mucha prisa por levantarme, pero como tampoco es cuestión de quedarse frío, recojo la mochila y nos vamos a tomar una cerveza al Lavinia (donde el VII Run&Bravas). Después de las risas habituales y saludar a Antonio, Gerard, Jennifer y demás amigos/as… vuelta a casa a ¿descansar?… pero esa es otra historia 🙂

Lecturas recomendadas

De entre los artículos que he leído esta semana en blogs varios, recomiendo un par de ellos que me han gustado especialmente:

Y para finalizar, una imagen inspiradora (vía TrailPorn

Amiee Maxwell running off into the distance of the Highland Mary Lakes loop in the San Juan Mountains.