Miami. Día 2. Miami County

Después de un sueño reparador, hoy toca empezar con buen pié, así que me levanto prontito, me calzo las zapas, y a correr! Justo saliendo por la puerta del hotel pasa el camino que rodea Brickell Key, y que debe de ser el circuito más «in» de Miami para el running, así que no me lo pienso ni dos minutos, y al trote! Ver salir el sol sobre el puerto de Miami con las palmeras y el mar es de lo mas «Miami Vice» que hay 🙂

Esta es la ruta que hice, vista desde el micoach…

 

Después de una ducha reparadora, ya que se nota un montón la humedad y el calorcillo, nos bajamos a desayunar a la cafetería de la terraza del hotel, ya que hoy el día nos lo vamos a tomar con calma para descansar un poco.

Empezamos en Coral Gables, haciendo el recorrido clásico y parando con el coche a ver algunos de los edificios más representativos. Primera parada: el ayuntamiento.

 

Sevilla sí que llega lejos…

Las Venetian Pool, antiguas canteras reconvertidas en piscinas.

Y el edificio más emblemático de todo Coral Gables, impresionante por dentro y fuera, el Biltmore Hotel.

Después de dar un par de vueltas más y pasando por otros edificios y conjuntos interesantes, como la Chinese Village, nos dirigimos hacia Coconut Grove.

Como ya va haciendo hambre, nos ponemos rumbo hacia Key Biscayne (Cayo Vizcaíno), y paramos a comer en un sitio bastante curioso, especializado en pescado, llamado Rusty Pelican, al fondo de un embarcadero, con pinta de película de miedo al llegar al aparcamiento, pero que luego está muy agradable, con un servicio muy atento.

Sin darnos tregua nos vamos hacia Bayside, a ver si nos damos un garbeo para cotillear las casas de los famosos que tienen sus villorrios a lo largo de varias islas artificiales entre Miami y Miami Beach.

Esta es una vista general del puerto, dedicado al turisteo.

Barcos de todo tipo recorren los cayos, en plan tranqui o a toda máquina. El nuestro, una discoteca flotante…

De vuelta en el puerto nos fuimos a curiosear un poco, no pudiendo dejar de hacernos la foto de nuestro ídolo Forrest Gump (run Forrest, run!), en el banco junto al restaurante Bubba Gump (sí, el de las gambas…)

Como era poco para el mismo día, enfilamos los puentes hacia Miami Beach, y nos dimos el típico paseo de rigor por Ocean Drive, viendo el barrio Art Decó, que no tiene nada que ver con la zona de Brickell, mucho más sosa.

Y el clásico reloj en el paseo junto a la playa…

Paseando por la playa, con una de las imágenes más repetidas de Miami Beach…

Después de todo el ajetreo nos volvemos al hotel para adecentarnos un poco e ir a cenar al «Dolores but you can call me Lolita«, que nos había recomendado y tenía buena pinta. Esto nos cenamos, entre otras cosas…

Tras digerir todo (muy rico, por cierto), nos volvemos dando un paseo al hotel (cosa poco habitual por estos lares), y preparamos todo el equipo para la excursión del día siguiente hacia Cabo Cañaveral… pero eso es otra historia… zzzz!

 

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