El domingo pasado corrí la clásica carrera que en cierto sentido pone fin a la temporada en Madrid antes de las vacaciones para los corredores populares: el Trofeo San Lorenzo, que parte y acaba en el castizo barrio de Lavapiés. Como es habitual, allí estaba con mi compadre huarachero (además de amigo), Carlos @fisioteko, para disfrutar la mañana, saludar al numeroso grupo de amigos habituales de la carrera, y poder tomar una cerveza fresquita antes de morir en la canícula veraniega (anunciaban 38º para ese día).
En fin, que todo se dio bien y pudimos completar los objetivos. Correr (de menos a más), amigos (muchos), cervecita y palique, ¿qué más se puede pedir?. Los tiempos, ritmos, intervalos, pulsaciones y demás están de sobra en esta carrera (aunque para los más curiosos aquí dejo el Strava). En el km 7 el amigo Carlos se quitó las huaraches, y así, descalzo y a lo loco terminó el resto de la carrera, que apretamos para hacer un entrenamiento «de calidad»… ¡vaya palabro!.
El flim
Bueno, como yo aquí venía a hablar de mi pinícula, os dejo el resumen gráfico del evento, descalcismo incluído. Aviso que las imágenes finales no son aptas para menores.
El año que viene, más y mejor (si se puede, claro).
¡FELIZ VERANO!