100k Madrid-Segovia 2012. La crónica

La carrera

Sábado, 6 de la mañana, antes de que suene la alarma del despertador ya estoy con los ojos abiertos. Llevo toda la noche en un estado de semi-consciencia pensando en #elpastelaco en el que me he metido, aunque pensándolo fríamente y con mi lema por delante, lo único que hay que hacer es disfrutar y lo demás ya lo iremos apañando por el camino.

Duchita rápida, un café con leche para el cuerpo, cerrar y organizar las mochilas para los puntos de avituallamiento (Colmenar Viejo, Cercedilla y Segovia), y al metro a Plaza de Castilla. Según salgo ya veo los camiones para dejar las mochilas, así que hago la última revisión y a soltar lastre. Así en lo que voy espabilando pasan por delante de mí Juan (@jonteller), Katia (@sanzchouquet) y Claudio (@mrcheidel), que se van a desayunar. Como tengo el cuerpo un poco «raro» decido empezar a comer algo para que no me dé un yuyu, así que empiezo por una barrita de cereales, que mastico poco a poco. Según va llegando gente saludo a algunos conocidos y otros que desvirtualizo, como a mister @_spanjaard, así como a familiares expertos en estas lides. Encuentro a Eduardo (Commedia) y charlamos y hacemos fotos un rato, ha decidido finalmente tirar de minimalistas y a por todas. (Aquí su análisis previo).

Ambiente en Plaza de Castilla

Hacia las 8:20 ya nos vamos hacia la salida, no se oye nada de los discursos oficiales, así que esperamos el petardazo, y cuando llega ¡zasca! allá que nos vamos… un, dos, tres… todo para alante y sin mirar atrás. Empezamos a trotandar, como hemos comentado, las subidas andando y los llaneos y bajadas al trote, que hay que guardar fuerzas. Tras los primeros km Claudio (que es una máquina) ve que no podemos seguir su ritmo y se va para adelante, en estas carreras es complicado ajustar ritmos si hay muchas diferencias de nivel (al final nos mete como 6 horas… glups!).

Como quien no quiere la cosa llegamos al primer control, Tres Cantos, 16 km y ni nos hemos enterado. Sellar la «compostelana», que tendremos que ir completando a lo largo de la ruta, beber Cocacola y/o Isostar, rellenar agua en el camelbak o los bidones (en mi caso), son operaciones que iremos repitiendo a lo largo de los 10 controles siguientes hasta la llegada a Segovia.

Desde Tres Cantos a Colmenar vamos tranquilamente con el mismo plan, lo más feo para mí es el tramo del carril-bici, en el que hay que tener cuidado para que los ciclistas no te arrollen, y además llevas la autovía de Colmenar al lado, con el tráfico continuo de vehículos. Menos mal que ese tramo es corto y en poco tiempo volvemos a la pista de tierra, que no abandonamos hasta llegar al cementerio de Colmenar, ya a menos de 1 km del polideportivo.

Entre Tres Cantos y Colmenar. Foto de @jonteller

Aquí tenemos la primera bolsa con ropa de recambio, así que toca ponerse camiseta limpia, calcetines, un chequeo general y tras saludar a la familia política (corren unos primos de mi mujer que ya son expertos en estas lides), nos ponemos de nuevo en marcha. Ya hemos hecho un cuarto de la carrera, son las 12:30 de la mañana y nos queda todavía mucho por hacer. A partir de aquí hay que irse planteando pequeñas metas para avanzar, un poco al estilo de la zanahoria y el burro.

El tramo hasta el Puente Medieval lo hago esperando a mis compañeros, todavía voy muy suelto y en las bajadas cojo buen ritmo, pero prefiero esperar y seguir todos juntos. Hace bastante calor y la bebida fresquita en la sombra nos hace recuperar bien. Ahora viene un tramo de subida continuada, por una pista ancha pero sin una sombra, en la que mi tocayo lo pasa bastante mal. Nos cruzamos con unas cuantas vacas, que se preguntan dónde van tantos zumbaos corriendo por la vía pecuaria.

Entre Colmenar y Manzanares, por la vía pecuaria. Foto de @jonteller

Al llegar al collado vemos Manzanares y la Pedriza en una panorámica muy bonita, que nos da fuerzas para llegar hasta el siguiente control con un ritmo un poco más vivo.

En el collado antes de bajar a Manzanares. Foto de @jonteller

El avituallamiento de Manzanares , ya en el km 42 nos sirve de pequeño descanso. Unos bocatines de jamón me llaman, así que me zampo 2, uno al hacer el checkin y otro tras volver de la fuente del pueblo, a donde nos acercamos a rellenar las botellas, ya que en los avituallamientos sólo nos dan una botellita de agua. Unos cuantos frutos secos, Katia y mi tocayo revisan calcetines y salimos hacia Mataelpino, con el calor apretando de lo lindo.

El tramo que viene a continuación se hace más pesado por el calor, aunque por lo demás me sigo encontrando estupendamente y no perdemos la dinámica de trotar en las bajadas, aunque ya menos sueltos que anteriormente. La última cuesta antes de llegar al control de Mataelpino es matadora, un pequeño Mortirolo tras el que encontramos el oasis en la plaza del pueblo, con un gran avituallamiento y un ambiente muy animado. En este punto, km 50, y por tanto con media carrera hecha, se encuentra Sebastián Navarrete, autor de las siguientes imágenes.

Entrando en Mataelpino (1). Foto de Sebastián Navarrete

Entrando en Mataelpino (2). Foto de Sebastián Navarrete

Entrando en Mataelpino (3). Foto de Sebastián Navarrete

Mi tocayo se va directo al servicio de recauchutado y reparación de pies, ya que los suyos están bastante tocados. En una amplia sala le tumban en una camilla y cuando se quita los calcetines le debieron decir lo de «¡pero cómo me vienes con estos pies!. Cuando terminan no dan un duro porque acabe la carrera, no saben a quién se enfrentan… 😉

Este avituallamiento está bastante surtido, así que me como un sandwich de jamón y queso, bebemos bastante, carretera y manta. A la salida de Mataelpino hay unos cuantos repechos que despachamos rápidamente y después viene un tramo bastante cómodo y variado, hasta que llegamos al comienzo de la subida hacia la Barranca, en el que ya empezamos a ver más gente tocada y pasándolo mal. En el tramo final se solapa con una parte del recorrido del GTP que corrí en junio, y para llevar más o menos la misma cantidad de km (con menos desnivel, eso sí), me encuentro mucho mejor. Ahora nuestra meta es Cercedilla, nos van enviando mensajes por whatsapp para ver por dónde vamos y tenemos ganas de encontrarnos con Jorge (aka @zerote) y Carlos (aka @Fisioteko), aunque este último ya comenta que llegará más tarde, por lo que finalmente no le veremos.

Subiendo a la Barranca. Foto de @jonteller

El avituallamiento de la Barranca lo pasamos rápidamente, sellar la «compostelana», trago de agua, isotónico y para alante! Ya estamos muy cerca de Cercedilla y casi podemos oler la paella que nos espera, pero en lo que estamos haciendo la última bajada de repente aparece Jorge, que estaba hasta los cataplines de esperarnos en el polideportivo, y todo equipado nos recibió con un abrazo que nos dio la vida. En ese momento empezaba ya a bajar la luz, y es ese momento del día en el que te suele dar un poco el bajonazo, por lo que nos sirvió casi como un electroshock.

Al llegar al polideportivo de Cercedilla, antes de coger la mochila con el recambio de ropa, Jorge nos hace una nueva foto de equipo, ya se nos nota un poco más mellados (km 63). Me da la risa al ver la foto, peazo de actor mi tocayo, que tenía los pies hechos polvo y la sonrisa que se marca…

El equipo bandolero en Cercedilla. Foto de @zerote

Así que nos ponemos los trajes de noche y salimos de Cercedilla ya con los frontales puestos, el primer tramo, hasta pasar el Hospital de la Fuenfría es un poco más «feo» porque vas al lado o por la carretera, y tienes que ir vigilando los coches, pero una vez que pasas la barrera, vuelves a estar en «el campo» sin preocuparte de que te arrolle un coche.

Nota: me recuerda Jorge el «momentazo subidón, subidón» cuando nos ponemos a trotar al pasar por la plaza de Cercedilla y la gente se pone a aplaudirnos como si fuera la llegada a Chamonix de la UTMB, y las risas que se traen otro grupo de corredores cuando a los 100m nos paramos y se descojonan de/con nosotros… 😀

A medio camino está el control de «Calzada Romana», y a partir de ahí empieza la pista del Camino de la República, que sube hasta la Fuenfría haciendo una gran lazada. Este tramo del camino lo subo casi entero con Jorge, y paramos en el mirador Vicente Aleixandre y el mirador de la Reina para ver el paisaje nocturno, con la hilera de luces de los frontales que marcan el camino que ya hemos recorrido, y algunos encuentros con vacas por el camino que Jorge va apuntando para no tropezarse con ellas en la bajada. Finalmente a eso de las 12 de la noche llegamos al control de Fuenfría (km 80), momento en el que empieza a soplar el viento y baja la temperatura considerablemente (o por lo menos es la sensación que tenemos). Hacemos las operaciones de rigor, aquí dan café y caldo, y nos despedimos de Jorge que se vuelve a Cercedilla (a su pesar) GRANDE!

El camino de bajada empieza con un tramo muy incómodo, lleno de pedruscos, por el que no podemos trotar, así que intentamos pasarlo lo mejor posible al estilo «sálvese quien pueda». No me imagino la que debe estar pasando mi tocayo en este tramo con los pies que lleva, glups! Unos km más adelante el camino se convierte en pista y asfalto, así que se puede coger un ritmo más o menos continuo sin tener que preocuparnos por cuidar a cada momento dónde ponemos los pies. En este tramo se suceden adelantamientos, gente parada en las cunetas a descansar, se nota que ya vamos bastante tocados, aunque tenemos puesto el piñón fijo enfilados hacia Segovia.

En la Cruz de la Gallega (km 92) el avituallamiento parece arrasado, logro un par de magdalenas que me como sin pestañear, en ese momento nos juntamos allí un numeroso grupo de corredores, algunos ya bastante tocados, a los que los últimos km se les van a hacer eternos. El camino vuelve a ser un sendero, que en un primer tramo va zigzagueando, en el que vamos buscando el carril más cómodo para avanzar en fila india con las mínimas molestias para los pies. Un poco más adelante dejamos la fuente de San Pedro a la derecha, y a partir de allí el camino es prácticamente una pista semiarenosa amplia, ya tenemos las luces de Segovia al fondo que nos atraen como las polillas. Este último tramo lo vamos haciendo casi sin hablarnos, cada uno sacando las fuerzas que lleva dentro para dar un paso detrás de otro, la monotonía del camino se hace un poco aburrida. Por no tener, no tenemos ganas ni de ponernos un poco de música para distraernos, funcionamos como autómatas.

Al llegar a Segovia, ya en sus calles, me quedo con Juan, mientras que Katia va por delante siguiendo las señales marcadas en las farolas o en el suelo, las pocas personas que hay a las 4 de la mañana nos animan y dan la enhorabuena, mientras seguimos sin ver el acueducto, buf, ¿dónde estará?. Finalmente, al hacer el último giro ya lo vemos, allí delante, imponente, con el arco de meta debajo y varias personas animando. Aunque pensaba que entraríamos los 3 agarraditos de la mano, los planes no se cumplen y entramos cada uno como podemos, una sonrisa para la foto y poco más. Allí nos está esperando Claudio, que ha llegado 4 horas antes y nos recibe con los brazos abiertos. Cogemos la medalla, una botella de isotónico, y casi sin mediar palabra subimos hacia el polideportivo en un trayecto que se me hace bastante largo, ya sin fuerzas casi ni para hablar.

Vaya paliza para conseguir la medallita… 🙂

Recuperamos las bolsas, entre la mochila y las 3 bolsas, el isotónico, la medalla y el agotamiento no sé que hacer con cada mano, así que me siento en una colchoneta y me voy quitando la ropa y las zapatillas, para ponerme algo seco. Nos avisan de que sale un autobús para Madrid, y que si no lo cogemos ahora habrá que esperar una hora o más, así que meto todo rápido en la mochila, las zapatillas en otra bolsa y al bus. A partir de ahí todo me queda en una nebulosa hasta que llegamos a Plaza de Castilla, son las 6:30 de la mañana, casi 24h después del inicio de esta crónica, y ahora «the show must go on».

Estos son los resultados provisionales publicados hoy (25/09/2012) en la web de la carrera.

Clasificación y tiempos de paso por Colmenar, Mataelpino, Cercedilla y Segovia

Así queda el dorsal tras 20h de carrera

 

Avituallamientos

Haciendo una revisión mental de lo que me metí entre pecho y espalda, además del agua e isotónico (y cocacolas e isostar en los avituallamientos que había), creo que ésto es lo que comí a lo largo de la carrera (si alguien me vio comiendo algo más a escondidas, que lo chive ahora o calle para siempre…)

  • Comida salida-Tres Cantos: 3 barritas
  • Comida Tres Cantos-Colmenar: 1 gel de manzana y unos frutos secos
  • Comida Colmenar-Puente Medieval: naranja ¿?
  • Comida Puente Medieval-Manzanares: un puñado de frutos secos
  • Comida Manzanares-Mataelpino: 2 bocatines de jamón y frutos secos
  • Comida Mataelpino-La Barranca: 1 sandwich de jamón y queso
  • Comida La Barranca-Cercedilla: ¿?
  • Comida Cercedilla-Calzada Romana: plato de paella y plátano
  • Comida Calzada Romana-Fuenfría: ¿?
  • Comida Fuenfría-Cruz de la Gallega: ¿magdalena?
  • Comida Cruz de la Gallega-Segovia: 2 magdalenas

Sobre los avituallamientos: a partir de Cercedilla se les veía un poco desabastecidos, no sé si es había pasado una horda de Hunos o que andaban un poco escasos, pero por ejemplo en la Cruz de la Gallega no tenían agua, la leche en polvo había volado… Creo que tendrán que hacer una revisión para próximas ediciones.

La ruta y el GPS

El Garmin llegó vivo casi hasta el km 96, momento en el que hizo «chof» y se apagó. Casi 19 horas encendido, supongo que lo normal para el cacharro estando cargado al 100%. En las paradas largas (Colmenar, Mataelpino y Cercedilla) lo dejé en standby, por lo que revisando

 

Conclusiones finales

Después de todo, al final lo que te quedan son las sensaciones y el recuerdo de haber conseguido una meta (aparte de los habituales dolores post-carrera), además de conocer a unas estupendas personas, como Katia, Juan y Claudio, con las que espero coincidir más en el futuro, y como no, ver lo bien que se lo pasaba Jorge en su salsa 😉

Otras crónicas de la carrera

De mis compañeros de fatigas, la de Katia (100 km. Madrid-Segovia) y la de Claudio (24/09/2012 – Ultramaraton Madrid Segovia 2012).

Crónica de Mayayo en carrerasdemontana.com

Actualizado 28/09/2012. Crónica de Commedia en A to trapo y de Juan A. en A troticochi por el campo

7 Comments
  1. Gerard 12 años ago
    • jseguir 12 años ago
  2. Jesus 12 años ago
    • jseguir 12 años ago
  3. Jordi 12 años ago
    • jseguir 12 años ago
  4. mayayo 12 años ago

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