A 49 días para la maratón de Valencia

El tiempo pasa inexorablemente, y la fecha se acerca pasito a pasito, así que hay que ir completando el plan para llegar en la mejor forma posible, aunque a veces los elementos se pongan un poco en contra.

El sábado pasado (1 de octubre), en la tirada de 2:50:00 sentí molestias en la rodilla derecha, que no me hicieron dejar de terminar la ruta, aunque sí que despertaron cierta inquietud (más que nada por la novedad). Finalmente, los 30k cayeron, y volví a casa radiante. 30,5k / 2:50:18 y 136 ppm.

En el entreno del lunes, nada más empezar noto un pinchazo en la rodilla, pero al rato deja de molestar, así que dado que ese día toca 1:50:00 intento seguir a ver cómo evoluciona la cosa. Cuando llevo una hora empiezo a tener molestias sobre todo en las bajadas, así que para no liarla decido volver a casa cuando llevo algo más de 12k a ritmo suave.

El miércoles, dado que prefiero no arriesgar y habiéndome apuntado para el triatlón de la Cadena Ser, cambio la carrera por una tirada en bici, para no forzar la rodilla, y así preparo mejor la parte de bicicleta, que tengo un poco abandonada. La ruta por el Retiro a esas horas de la mañana se me hizo muy divertida, con todo el paseo de coches para mí solito (bueno, alguno más había, pero pocos…) Aquí tenemos el planito con la ruta recogida por Endomondo.

El jueves, quedada clásica con los del Nike Running Club de Madrid, con una tirada corta y con bastantes paradas, pero en buen ambiente, como es habitual, para cambiar de la monotonía de los entrenamientos solitarios mañaneros.

El sábado toca tirada larga, ya llegamos a las 3h contínuas. Arranco bien, aunque con un poco de miedo por la rodilla y pensando en el triatlón del día siguiente, así que cuando llevo 23k en 2h7m, empiezo a notar algunas molestias en la rodilla y veo la parada del autobús y el letrero «Callao», decido que es suficiente y que hay que guardar algunas fuerzas para el domingo. En resumen 23,23k 2:07:28 y 141 ppm, a 5’29» el km, con lo que parece que el ritmo lo tengo bien fijado.

Y finalmente llega el día del triatlón. No sé cómo Jesús me lió, pero aquí que aparecimos el susodicho y Óscar en la Casa de Campo a iniciarnos en esta disciplina. Como se ve en la foto (gracias Jesús), muy «pro» no se nos ve…

En resumen, y para no alargar la entrada, la prueba se decidió en el agua, donde nadé al estilo «sálvese quien pueda», en el que combiné todas las artimañas posibles para sobrevivir a una jauría de carpas que, en forma de nadadores de las tandas siguientes, intentaban darme caza (cosa que consiguieron en parte). Después de tragar una buena pinta de agua del lago de la Casa de Campo (600 m de supervivencia), la parte de la bicicleta se me hizo muy llevadera (16k), para finalizar con 4k corriendo, prueba en la que al principio las piernas se sienten raras, pero al poco cojo el punto y al final hago una buena tirada, para llegar a la meta feliz y contento, donde me espera la familia que sigue pensando que a papá le ha picado un bicho raro, raro, raro… 🙂

La semana que viene… más (pero no mejor)

One Response
  1. icosas 12 años ago

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